Podemos decir que, a estas alturas, Alaska y Mario Vaquerizo son una institución dentro de la cultura popular de nuestro país. La pareja de artistas lleva junta más de dos décadas y son incontables las razones por las que han conseguido llevarse al bolsillo al público. Su relación, por la que nadie daba un duro en sus comienzos, parece indemne al paso del tiempo. El próximo 10 de junio se cumplirán nada más y nada menos que 22 años desde aquel primer beso que cambiaría sus vidas para siempre. Por este motivo tan especial y por el décimo aniversario de su segunda boda, en Divinity repasamos algunos de los hitos más destacables de la historia de amor de este extravagante matrimonio.
Todo comenzó en 1999, un joven Mario comenzaba su nueva andadura profesional en la discográfica Subterfuge, donde se encargaría de ser el “promocionero” de bandas como Fangoria, el dueto formado por Alasko y Nacho Canut. Fue mientras trabajaba junto a ‘Olvi’, como a él le gusta llamarla, cuando se dio cuenta de que estaba enamorándose de ella. “Convives mucho, te vas a hacer las giras de promoción, a las firmas de discos, luego te vas al hotel a cenar… y te vas dando cuenta de que hay una persona que es tu jefa que te gusta”, confesaba el cantante a Toñi Moreno en su programa de Canal Sur.
Tras un concierto en la Sala Bikini de Barcelona, el vocalista de ‘Las Nancys Rubias’ decidía no reprimir más sus sentimientos y, sin hablar previamente con ella sobre lo que le estaba pasando, se lanzó a su boca sin pensárselo dos veces. “Es una suerte porque podría haber sido que no. Yo me decía al día siguiente, bueno si ella no me ha dado un bofetón es porque yo también le gusto, así que, ¡ya no me echan del trabajo!”, comentaba con su peculiar sentido del humor cómo fue su primer beso. Olvido, por su parte, recordaba en una entrevista para ‘El Mundo’ que se quedó “impactada” en ese momento: “Me lo esperaba y no me lo esperaba. Claro que me gustó, pero tampoco sabía cómo resolver la ecuación”.
Desde esta escena aseguran no haber sufrido ni una sola crisis grave ni una ruptura que contar. Eso no quita que discutan a menudo y asuman que hay rachas en las que están mejor y peor. Pero tuvieron tan claro al principio que estaban hechos el uno para el otro que, tan solo seis meses después de este beso, en un ‘after’ tras una larga noche de fiesta, Mario pedía a Olvido que se casara con él.
La boda se llevó a cabo en Las Vegas en un enlace sin validez en España. Él vestido de Elvis Preysler y ella de Dolly Parton. “No se lo dijimos a nadie, no se lo dijimos ni a mis padres ni a su madre… Nos fuimos solitos y es lo mejor que he hecho en mi vida”, rememoraba eél en el programa de Bertín. "Antes de darnos el 'sí, quiero' en la wedding chapel, nos bajamos al bar a tomar unos frozen margaritas... Los bebimos tan rápido que nos casamos con dolor de cabeza y todo”, son algunos de los detalles que han desvelado de esta atípica ceremonia.
A lo largo de estos 21 años, no son pocos los que han cuestionado la veracidad de este amor. Ellos no solo han hecho oídos sordos ante tales comentarios sino que, además, decidieron explotar su relación hasta el punto de protagonizar un reality show para MTV en el que se retransmitía su vida conyugal.
La primera temporada tuvo lugar hace 10 años y mostró su vida diaria, sus amigos, sus fiestas y culminó con una boda civil en Madrid que ratificó la que habían celebrado en 1999. "Mi matrimonio es un matrimonio muy estándar y muy convencional, con respeto. Yo vengo de una familia muy tradicional y me han inculcado esos valores, yo no soy Madonna”.
La pareja no ha tenido hijos por decisión de Alaska, que decidió renunciar a esta experiencia: “Con 31 años me pregunto si quiero ser madre, tuve un cuestionamiento profundo y decidí definitivamente que no. Hasta ahora la pregunta siempre era '¿no vas a tener niños?' Como si fuera una obligación. No quiero tener hijos y punto”. Mario, con el que hizo una lista de razones por las que no debían tener descendencia, aceptó que esto era “cosa de dos”, aunque siempre ha reconocido que le hubiese encantado ver a unas pequeña Olvi correteando por casa. “Sí siento que sería un buen padre y si tuviera un hijo sería con ella, con nadie más”.
La espontaneidad, autenticidad y la vena cómica de Mario junto a la timidez y la dulzura de Alaska han logrado que formen uno de los dúos más queridos y respetados de nuestro país. ¡Por muchos años más!