'El chavo del 8' fue una de las series más exitosas de los años 70. Su creador, Roberto Gómez Bolaños, se convirtió en toda una celebridad, y no solamente en su país, sino en todo el mundo. La serie tuvo unos altos índices de audiencia con más de 350 millones de televidentes cada semana, lo que hizo que se convirtiera en todo un referente, sobre todo en la forma en la que se hacía televisión.
Roberto, apodado como ‘Chespirito’, nació en una familia de artistas. Su padre, Francisco, era dibujante e ilustrador, mientras que su madre trabajaba como secretaria bilingüe. De pequeño le encantaban los deportes, sobre todo el fútbol y el boxeo. Por eso, tuvo cierto éxito en distintos combates cuando solamente era un adolescente. Antes de dedicarse completamente a la televisión decidió estudiar Ingeniería Mecánica en la Universidad Autónoma de México.
Su carrera profesional comenzó como creativo publicitario, lo que hizo que se conectara más aún con la radio y la televisión. Fue en 1950 cuando comenzó como guionista. Así, a partir de ese año empezó a escribir y creó distintas series para la televisión mexicana. Y no solamente eso, también le gustaba dibujar, componer música, producir y dirigir. Tanto fue su éxito que hasta fue apodado como ‘el pequeño Shakespeare’. De ahí, de su pronunciación en castellano, vino su apodo, Chespirito.
En 1968 firmó un contrato con la Televisión Independiente de México que consistía en crear un espacio, los sábados por la tarde, sobre lo que él quisiera. El resultado fue un hilarante y asombroso guion que también quiso producir. Así, sus dos personajes más queridos, 'El Chavo del Ocho' y 'El Chavo del Ocho'El Chapulín Colorado'.
El Chavo del 8 era un niño huérfano de ocho años que vivía en un barril de madera y que protagonizaba distintas aventuras con su grupo de amigos. Tras esto, 'el Chapulín Colorado' o 'el Saltamontes Carmesí' se convirtieron en personajes recurrentes en su carrera. Además, fueron tan populares que poco tiempo después de su emisión ya se retransmitía por toda Hispanoamérica.
Roberto apareció en más de veinte películas y en otras tantas obras teatrales. Escribió varios libros y comenzó a componer música, como un hobby más. Además, durante la última etapa de su vida decidió involucrarse políticamente en distintas causas, defendiendo la legalización del aborto en México.
Acabó falleciendo, a los 85 años, en Cancún debido a unas complicaciones respiratorias. Tras esto, fue reconocido debido a su importante carrera profesional y recibió una infinidad de condecoraciones y halagos, que también había tenido en vida.