La suya, la de Mejor actriz de reparto, era una de la más reñidas de esta 95ª edición de los Oscar. Si analizamos la carrera de premios, hace unos meses nadie habría dudado que Angela Bassett tenía más que ganada su estatuilla por su papel de Raimonda, la reina madre de 'Black Panther: Wakanda Forever'. Incluso se auguró que haría historia haciendo que un personaje del universo Marvel se llevase este preciado galardón de la Academia de Hollywood. Sin embargo, Jamie Lee Curtis y el efecto dominó de 'Todo a la vez en todas partes', gran vencedora de la noche, han demostrado que las quinielas no siempre aciertan.
La veterana actriz (que, aunque parezca mentira, nunca había sido candidata a un Oscar) ha terminado siendo la ganadora en esta complicada categoría. Después de años erigiéndose como maestra del cine del terror, un título que ha compaginado con sus tronchantes incursiones en la comedia, los premios por fin han reconocido su trayectoria con esta malvada inspectora de Hacienda que roba alguna que otra escena en la exitosa película de los Daniels. Y esto a su rival no le ha gustado nada.
Así lo ha demostrado su cara al escuchar el nombre de Jamie Lee Curtis y no el suyo de boca de Ariana DeBose, encargada de entregarlo junto a Troy Kotsur. Ni ha aplaudido, ni ha sonreído, ni ha hecho un atisbo de alegrarse por su compañera, que durante unos segundos ha compartido pantalla partida con ella antes de tener el protagonismo absoluto. Una reacción muy diferente al de las otras contrincantes, Hong Chau, Kerry Condon y Stephanie Hsu, que sí han celebrado su victoria (aunque por dentro estuviesen rezando por llevárselo ellas).
Veníamos de otro de los momentazos de la gala: el lacrimógeno discurso de agradecimiento de su compañero de reparto Ke Huy Quan. Pero ni eso ha conseguido que Jamie Lee Curtis nos supiese a poco con el suyo. La intérprete ya estaba llorando desconsoladamente al subir las escaleras de ese escenario del Dolby Theatre de Los Angeles. Y tras pedir silencio al público, totalmente enfervorecido por su victoria ("Parad, que tengo 45 segundos y he prometido que lo iba a hacer bien"), ha empezado a agradecer.
"Sé que parece que estoy sola en el escenario, pero no lo estoy, estoy representando a cientos de personas", ha dicho para introducir a su equipo, ese que ha hecho piña con este inesperado fenómeno que ha logrado arrasar en esta 95ª edición de los premios de la Academia. Un obligado agradecimiento al que más tarde ha sumado a su marido y a sus hijos Annie y Ruby, a los fans del cine de terror ("¡acabamos de ganar un Oscar juntos!") y a sus padres.
Ser la hija de dos leyendas del cine como Tony Curtis o Janet Leigh puede que fuese una carga para Jamie Lee en el pasado. Es más, hace apenas unas semanas se reía de esa etiqueta de 'hija de' ('nepo baby' lo llaman ahí) reivindicando con orgullo su ascendencia familiar. Esa que ha vuelto a poner en valor para cerrar su discurso, que con la voz quebrada ha terminado gritando al cielo: "Papá, mamá, he ganado un Oscar".