El apellido no le pesa a Malena Alterio, que ha sabido labrarse un camino en el mundo de la interpretación sin dejar que nadie eclipsara su viaje, ni su padre, el gran Héctor Alterio, ni tampoco su hermano Ernesto, con quien también comparte profesión.
En 2024 le ha llegado su segunda nominación a los Premios Goya, la primera fue en la edición de 2002, con El palo, como Mejor actriz revelación, un premio que no pudo llevarse a casa, algo que nunca fue un impedimento para que Malena continuara interpretando y poniendo toda la carne en el asador.
La vida de esta familia estuvo marcada por el exilio al que tuvo que someterse Héctor tras ser amenazado de muerte en su país por el grupo terrorista Triple A (la Alianza Anticomunista Argentina). Se encontraba de viaje en ese momento, promocionando una película en San Sebastián, y no pudo regresar a su tierra, donde se quedaron su mujer y sus hijos.
Hacía poco tiempo que estaban casados (1969) y la distancia se convirtió en su realidad, Ernesto tenía cuatro años y Malena tan solo unos meses, por eso, en cuanto tuvieron la oportunidad, Héctor y Ángela se reencontraron y continuaron con su vida en Madrid. Fue una etapa complicada para todos, el actor tuvo que dejar atrás a su familia y su hogar, pero también en ocasiones su acento, para poder seguir con su carrera.
Tita, como cariñosamente Héctor llama a su mujer, es psicoanalista (“productora, coach, escritora, música, cantante, cocinera, médica, intelectual, amiga de sus amigos, comprometida, generosa, Argentina/Española”, según la define su hija en sus redes sociales). Tal y como confesaba su marido, nunca le ha psicoanalizado, por lo menos no abiertamente, “otra cosa es que lo haya hecho sin que yo me diera cuenta”, bromeaba el actor divertido en conversación con El Diario Vasco donde, bromas aparte, confesaba sentirse afortunado en el amor “cada vez que extiendo la mano, incluso en las noches más oscuras y tristes, ella está ahí”.
Una conexión que el tiempo no ha borrado, a pesar de que llevan toda una vida juntos. Cuando Héctor pudo regresar a su país, lo hizo de la mano de Tita, “cuando se decidió que no tenía problema, volví y fue una fiesta para mí. Lo hice con Tita, mi mujer, y eso hizo que los impactos no fueran tan fuertes”, explicaba en Teleshow.
Parecería que Ángela es la única de la familia que no ha dejado que la interpretación se cuele en su vida, pero esto no quiere decir que no sienta una especial conexión con este mundillo. De hecho, el último proyecto de Alterio, la obra de teatro A Buenos Aires, está firmada por Ángela, que también se encarga de dirigirla. Una experiencia que el actor describía en El Mundo como “un poco familiar. Hay de bueno, malo, pero la función siempre acaba en un beso. Son muchos años”.
Bacaicoa, cuya hermana Norma era actriz y maestra de teatro, algo que al parecer fue decisivo a la hora de que Ernesto y Malena escogieran su futuro, siempre ha sido la más desconocida del clan. Siempre al lado de los suyos, ayudándoles mientras seguía su propio camino, que con el tiempo parece haberse enredado en la profesión familiar.