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En un rincón del norte de Europa, entre fiordos y bosques que parecen extraídos de una película, los noruegos han perfeccionado su arte particular: el alivio del estrés, que también se puede dar en la infancia, a través del método Koseling. La palabra con la que se hace referencia a él se define como “acogedor” en noruego, pero su significado va más allá de la simple comodidad física. “Es un concepto que abraza la conexión profunda y significativa con otros, fomentando un ambiente que promueve la seguridad emocional y la aceptación incondicional”, nos explica la psicóloga clínica Elena Vega.
La experta destaca la relación entre el Koseling y la teoría del apego en psicología. "Este método se basa en la idea de que las conexiones afectivas sólidas, especialmente en la infancia, son cruciales para el desarrollo emocional saludable. El Koseling adulto es, en cierto modo, una extensión de esta necesidad fundamental de conexión", asegura. "Al centrarse en la conexión genuina y la aceptación, este método fortalece la resiliencia emocional y contribuye a un sentido más profundo de pertenencia, disminuyendo los niveles de estrés", añade Vega.
En el país nórdico, la serenidad no se entiende sin la naturaleza, la atención plena y la sencillez; un viaje hacia la tranquilidad que revela los secretos de una cultura que ha sabido encontrar el equilibrio perfecto entre el ritmo de la vida moderna y la paz interior. Algunos aspectos clave de este enfoque incluyen:
La práctica del friluftsliv, término noruego que se traduce como "la vida al aire libre", es más que una expresión; es un modo de vida. Su filosofía aboga por pasar tiempo al aire libre de manera activa; una práctica que se asocia con beneficios de la salud física y mental. Allí entienden que la conexión con el entorno natural es esencial para el bienestar; por eso el método sugiere pasar tiempo al aire libre, aprovechando la belleza natural para reducir el estrés. Caminar en la naturaleza, disfrutar de actividades al aire libre y tomar tiempo para apreciar entornos naturales contribuyen a un estado de ánimo más relajado.
El bienestar mental es una prioridad en la cultura noruega. La práctica de la atención plena -lo que se entendemos por mindfulness- y la meditación se incorporan para promover la calma y reducir la ansiedad -celebrities como Emma Stone han reconocido que la sufren-, proporcionando un refugio contra el bullicio del mundo exterior. Tomarse momentos para estar presente y consciente en el momento actual es esencial. Así, al centrarse en el aquí y ahora, los noruegos encuentran un oasis de calma en medio de las demandas cotidianas, un recordatorio de que la verdadera riqueza reside en la plenitud del ahora.
Conscientes de que las relaciones sociales son un pilar fundamental, esta metodología también se basa en compartir experiencias y construir relaciones sólidas, esenciales para enfrentar los desafíos de la vida. La conexión social y comunitaria desempeña un papel crucial. Fortalecer relaciones interpersonales, ya sea con amigos, familiares o comunidades locales, brinda apoyo emocional y reduce el impacto del estrés. La apertura emocional y la autenticidad en las interacciones es clave. "El Koseling implica la aceptación de las emociones propias y ajenas, creando un espacio donde las personas se sientan libres de expresarse sin juicio", enfatiza la psicóloga clínica.
Los noruegos enfatizan en la importancia de mantener un equilibrio saludable entre la vida laboral y personal. Por eso, tienden a valorar el tiempo libre y las actividades recreativas tanto como el trabajo, reconociendo que la calidad de vida va más allá del éxito profesional.
También encuentran consuelo en el hygge, una palabra que abraza la idea de crear ambientes cálidos y acogedores. Aunque esta idea está más asociada comúnmente con la cultura danesa, la idea de crear ambientes acogedores y momentos reconfortantes también se refleja en el estilo de vida noruego. En ese sentido, disfrutar de pequeños placeres, como una taza de té caliente o una buena conversación, contribuye a reducir el estrés.