Siete minutos son los que se necesitan para hacer la cama al despertarse, pero aún así hay personas que deciden no hacerla y puede que estén en lo correcto. Varios científicos y expertos aseguran que no hacer la cama nada más despertarse es el método más limpio para acabar con el millón y medio de ácaros de polvo doméstico que suele haber de media en una cama. Sin embargo, los psicólogos aseguran que hacer la cama y encontrártela hecha al volver a casa puede ayudar a regularnos emocionalmente. Sigue leyendo para descubrir, según los expertos, cuál es el método correcto a seguir para hacer la cama tras despertarnos.
Según el doctor británico Stephen Pretiove tras un estudio realizado por la Universidad de Kingston, "la cama puede albergar de media un millón y medio de ácaros que son más pequeños que un milímetro y que no pueden observarse a simple vista. Los ácaros del polvo se alimentan de escamas de piel humana. Los alérgenos que producen se inhalan fácilmente durante el sueño y son una causa importante de enfermedades como el asma, la rinitis, la conjuntivitis, e incluso puede aparecer eczema atópico".
Para eliminar la mayor cantidad de ácaros posible, los científicos y expertos aseguran que lo más importante es no hacer la cama ya que del contrario estaríamos encerrando entre las sábanas a un ejército invisible de ácaros. "Sabemos que los ácaros sólo pueden sobrevivir mediante la ingestión de agua de la atmósfera utilizando unas pequeñas glándulas en la parte exterior de su cuerpo. Algo tan simple como dejar una cama sin hacer durante el día puede eliminar la humedad de las sábanas y el colchón, de manera que los ácaros se deshidraten y posiblemente mueran", ha aconsejado el doctor Pretiove.
Pero además, no solo es importante airear la cama al despertarse, sino que mantener una temperatura ideal mientras dormimos y evitar la sudoración del cuerpo ayudará a que no se reproduzcan estos ácaros. Tal y como ha asegurado la dermatóloga Tamara Kueder de AIP Clinic, "nosotros emitimos calor corporal y humedad debido a la transpiración, factores que favorecen la proliferación de ácaros en todas las etapas de su vida, desde el huevo hasta el adulto. Además, desprendemos pequeñas escamas de piel que sirven de alimento para los ácaros". Por ello, es vital mantener una temperatura corporal equilibrada durante el sueño utilizando la ropa de cama justa para evitar sudoraciones.
En contrapartida y más allá de las alergias y de los ácaros del polvo doméstico, psicólogos y expertos en salud mental aseguran que es bueno hacer la cama ya que nos ayuda a regularnos emocionalmente. María González, especialista en el Instituto Centta, asegura que "es importante hacerla por la sensación psicológica de seguridad y bienestar que nos genera cuando volvemos a casa, cansados o en ocasiones con estrés, y visualizamos un sitio amable y agradable para descansar. Puede que el día haya sido duro, pero entrar en nuestra habitación y ver la cama bien nos genera una sensación de estabilidad y bienestar. De ahí que muchos hoteles pongan énfasis en cuidar este aspecto mientras disfrutamos de nuestras vacaciones", ha asegurado la experta en psicología.
Por lo tanto, librarse de este ejército de ácaros del polvo doméstico y cuidar de nuestra salud mental requiere de un cambio de hábitos a la hora de hacer la cama y de su higiene. Se recomienda dejar la cama sin hacer y abrir las ventanas de la habitación durante al menos 30 minutos dependiendo de la temperatura y de la humedad, se puede aprovechar este tiempo para hacer el resto de tareas matutinas del hogar. En verano es más importante, ya que el sudor corporal excesivo provocado por las altas temperaturas recrea el escenario perfecto para una mayor proliferación de ácaros. Además, se aconseja lavar la ropa de cama una vez por semana si solo duerme una persona y dos veces por semana si duermen dos personas en la misma cama. Después, es vital hacerla y dejarla ordenada para motivar nuestra salud mental. La dermatóloga Tamara Keuder, también aconseja la "ducha nocturna" para eliminar posibles restos de polvo, ácaros y suciedad que se haya acumulado durante el día en la piel y el cabello, y usar un pijama limpio cada noche.