Pedro Sánchez y Begoña Gómez dieron el pistoletazo de salida a sus lujosas vacaciones este mismo lunes y ya se encuentran en Lanzarote. Allí, el presidente del Gobierno junto a su mujer y sus dos hijas, puede disfrutar de unos días de relax en medio de un entorno realmente privilegiado.
Y es que se alojan en la residencia real de La Mareta, que se ha convertido en su refugio habitual cada vez que viajan a la isla. Un palacio considerado Patrimonio Nacional y con el que el rey Hussein de Jordania obsequió a Juan Carlos I en 1989.
En el caso de Pedro Sánchez, él y su familia se alojan en el edificio principal, distribuido en dos habitaciones con terraza, dos baños, varias zonas de descanso y piscina privada. Sin embargo, muchos podrían considerar que esta residencia está maldita debido a los terribles sucesos que tuvieron lugar allí.
Por ejemplo, en el año 2000 la familia real al completo decidía recibir allí el año nuevo, incluyendo a doña María de las Mercedes, la madre del rey Juan Carlos. Lamentablemente, apenas dos días después, doña María fallecía a causa de una parada cardiorrespiratoria, lo que indudablemente empañó esos momentos de felicidad.
La Mareta también ha sido testigo de algunos primeros momentos en la vida de la princesa Leonor, ya que apenas dos meses después de que Letizia diese a luz, tanto ella como Felipe se trasladaban a Lanzarote con la pequeña. Allí pasaron las Navidades de 2005.
Por tanto, cabe destacar que esta residencia tiene mucho significado, además de esconder entre sus cuatro paredes muchas historias y anécdotas de la familia real. Sin embargo, ya ha sido descartada como escenario de sus vacaciones, y lleva casi veinte años sin recibir la visita de los reyes o cualquier otro miembro de la familia real.
De hecho, en 2015 Felipe VI decidía que esta residencia fuese "destinada a la promoción y defensa de los intereses turísticos de España".
Remodelada por el artista local César Manrique, la casa resulta de lo más moderna y cuenta con todas las comodidades, ocupando una extensión de terreno de 30.900 metros. Además, cuenta con dos piscinas, jardín central e incluso un lago donde Pedro Sánchez, Begoña Gómez y sus dos hijas podrán disfrutar al máximo.
Aunque, sin duda, uno de sus mayores atractivos es que tiene acceso directo a la playa sin que nadie pueda molestarles.
Y es que desde 2018, cuando Pedro Sánchez se estrenaba en La Moncloa, el palacio se ha convertido en parada obligatoria para la familia. De hecho, ese mismo año pedía que se realizaran algunas reformas en la propiedad. Mejoras como la renovación de los equipos de seguridad o instalación de aire acondicionado con un coste de hasta 30.000 euros.
Situado en medio de un entorno privilegiado, el palacio de La Mareta permite al presidente del Gobierno mantenerse alejado de miradas indiscretas durante esos días de descanso.
Antes que Sánchez, otros presidentes del Gobierno como José Luis Rodríguez Zapatero y José María Aznar, también recurrieron al enclave turístico. E incluso el expresidente soviético Mijaíl Gorbachov.