En la era de las redes sociales y las aplicaciones de citas, las relaciones informales o "casi algo" se han vuelto cada vez más comunes. Estas conexiones suelen desarrollarse rápidamente, alimentadas por la inmediatez de la comunicación digital y la facilidad de acceso a una infinita gama de posibles parejas. Sin embargo, no todas las relaciones evolucionan hacia algo más serio, y puede llegar un momento en que decidas que ya no quieres seguir conociendo a esa persona para que no se vuelva una relación tóxica.
¿Qué sucede cuando decides que ya no quieres seguir quedando? ¿Cómo puedes comunicar tus sentimientos de una manera clara y respetuosa? En cualquier tipo de relación, la honestidad es fundamental. No se trata solo de ser sincero con la otra persona, sino también contigo mismo. Por eso, decirle a alguien que no quieres seguir conociéndole puede ser incómodo, pero es crucial para evitar malentendidos, proporcionar un cierre emocional y evitar el ghosting o la práctica de cortar toda comunicación con alguien de repente y sin explicación, que parece haberse convertido en un fenómeno común en la era digital, especialmente entre los cobardes. Este comportamiento, aunque puede parecer una solución fácil para evitar una confrontación incómoda, puede tener un impacto emocional significativo en la persona afectada, dejándola con sentimientos de confusión, inseguridad y rechazo.
La comunicación es fundamental en una relación del tipo que sea porque constituye la base sobre la cual se construyen la confianza y el entendimiento mutuo. A través de una comunicación abierta y honesta, las parejas pueden expresar sus sentimientos, necesidades y preocupaciones, evitando malentendidos y resentimientos acumulados. Además, una comunicación efectiva permite resolver conflictos de manera constructiva, fortaleciendo el vínculo emocional y promoviendo un ambiente de apoyo y colaboración.
Silvia Llop, psicóloga, asegura que la responsabilidad afectiva es básicamente la acción de actuar como un ser humano decente. Y distingue tres niveles de responsabilidad afectiva:
El primero, el básico, indica que se trata de avisar cuando ya no quieres seguir conociendo a alguien. Un ejemplo sería: "Lo he pasado genial contigo, pero no siento la conexión suficiente como para continuar conociéndote".
El nivel medio, según sostiene, “va de expresar tus intenciones con honestidad y no mentir a nadie como método para conseguir lo que quieres”. "Ahora mismo estoy en un momento de mi vida en el que quiero pasarlo bien, sin compromiso", añade.
El nivel avanzado es escuchar a la otra persona y dar un paso atrás: “Si ves que no vais hacia la misma dirección y podrías hacerle daño, aunque tú ya le hayas verbalizado lo que quieres con anterioridad”. Otro ejemplo más concreto: "Me has dicho que tú buscas algo serio y yo estoy superando un duelo y no estoy preparada para tener nada más que algo casual, así que es mejor que lo dejemos aquí". “Los dos primeros niveles son de fácil cumplimiento. El tercero ya es un poco más complicado, más que nada porque tienes que poner el bienestar de otro ser humano por encima de tus deseos y no todo el mundo está dispuesto a hacerlo. ¿En qué nivel estás tú en este momento de tu vida? ¿En qué nivel estaba la última persona con la que te vinculaste?”, concluye.
Sophie Turner y Joe JonasGetty Images
Cuatro pasos que pueden ayudar a tener la conversación
Antes de tener la conversación, es útil reflexionar sobre tus sentimientos y las razones por las que no quieres continuar conociendo a esa persona. Puedes preguntarte: “¿Qué es lo que realmente sientes? ¿Es algo que podría cambiar o es una decisión definitiva? ¿Cómo te sentirías si estuvieras en la posición de la otra persona?”
Una vez que tengas claridad sobre tus motivos, el siguiente paso es elegir el momento y el lugar adecuados para la conversación. Evita lugares públicos o momentos en los que la otra persona pueda estar distraída o estresada. La privacidad es importante para permitir una comunicación abierta y sincera.
Para abordar la conversación es esencial ser claro y directo, pero también compasivo. Puedes empezar diciendo algo como: “He estado pensando en nuestra relación y creo que es mejor que sigamos caminos separados”.
Por último, en lugar de señalar defectos o comportamientos de la otra persona, enfócate en tus propios sentimientos y necesidades. Una frase útil podría ser: “Siento que no estamos en la misma página y creo que es mejor para ambos dejarlo aquí”. Dale a la otra persona la oportunidad de expresar sus sentimientos y escucha sin interrumpir. Validar sus emociones, aunque no estés de acuerdo con ellas, puede hacer que la conversación sea más llevadera. Puedes decir: “Entiendo que esto puede ser difícil de escuchar y aprecio tu comprensión”.
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