Olga ha compartido su vida con unos cuantos gatos, pero ninguno ha estado tan próximo como su gata Raisa. “Esa gata la vi nacer en la habitación de mi abuela”, nos cuenta. Cuando se mudó de país, su gata se tuvo que quedar en la casa familiar. Murió en 2016. “Y su álbum de fotos sigue estando en el lugar más importante de mi casa”, dice Olga. Con ninguna otra mascota -aquí algunas playas a las que puedes ir con ellos- ha tenido una relación tan cercana.
El fallecimiento de las mascotas es un momento triste para sus humanos, uno que va acompañado de un tiempo de duelo. La gran pregunta es, para quienes se enfrentan a ello, cuánto tiempo durará esa pena. También se podría sumar la de si todavía hoy se sigue sin entender muy bien esta emoción o si ya se empieza a aceptar socialmente el duelo por las mascotas.
¿Se ha producido un cambio generacional y a medida que el número de mascotas crece y la relación con ellas se hace más abiertamente emocional se ha modificado también la percepción del duelo por su muerte? “El cambio generacional es, quizás, que ahora se puede hablar de ello”, explica Xacobe Abel Fernández García, presidente de la Sección de Psicología y Salud del Colexio Oficial de Psicoloxía de Galicia.
Al fin y al cabo, la muerte de los perros, gatos y otros animales de compañía siempre generó pena. En algunos países, hay ya una tradición de siglos o décadas de la existencia de cementerios para mascotas, una más reciente en España. En España, de hecho, se acaba de inaugurar el primer cementerio público para mascotas en Málaga, aunque en otras ciudades se habla ya de proyectos similares. Aunque, eso sí, y como recuerda el experto, antes la pena que se sentía por la muerte de las mascotas se veía con un cierto punto de ilegitimidad.
En el cambio, posiblemente impacte también el cambio de nuestra relación con la muerte en general. “Nuestra visión de la muerte ha cambiado radicalmente”, explica Fernández García. La vemos como algo mucho menos habitual, lo que también lleva a que cuando alguien fallece —incluida la mascota— sea algo más impactante
Un dolor legítimo
Olga recuerda el momento en el que su familia le dijo que su gata había fallecido como uno de poco tacto, aunque señala que también pasó con cómo le comunicaron la muerte de sus abuelos. Posiblemente, no esté sola en este sentimiento. Hablar de la muerte —sea quien sea quien ha fallecido— es algo que cuesta y que no siempre sabemos hacer. Con las mascotas, no poca gente relativiza el dolor que sienten las personas que están viviendo esa pérdida.
Pero ¿te puedes sentir fatal por la muerte de tu perro? “Claro, los sentimientos son libres”, responde Fernández García. “Que tú quieres a tu mascota es algo legítimo, que te duela perderla también”, indica, aunque concede que otra cosa muy distinta es cómo lo encaja la sociedad. “Si se te muere el gato quizás te encuentras con el juicio social”, apunta.
En esto sí entra un cierto factor generacional —se ve también en cómo las personas de más edad a veces son más reticentes a cierto control veterinario de sus mascotas— o a que todavía persisten ciertas visiones de qué es un gato o un perro. “Se sigue viendo a los animales como objetos”, apunta el experto. “No se tiene en cuenta que es un ser vivo al que dar cariño y recibir cariño de él”, suma.
Cuánto tarda en pasar el duelo
Según cálculos de la AEDPAC, la Asociación Española de la Industria y el Comercio del Sector del Animal de Compañía, en España hay ya 28 millones de mascotas. En algo más del 40% de los hogares españoles, vive una mascota. Si se hace zoom a solo la población adulta, el 65% de los mayores de 15 años que vive en el país lo hace con una mascota. Es una cifra elevada y una que expone a una importante parte de la población a enfrentarse en algún momento al duelo por la muerte de un animal de compañía.
Marcar un calendario para la pena es imposible. Si se quiere estimar en días, semanas o meses cuánto tiempo se va a estar triste, no se puede hacer cálculos exactos. “No podemos dar respuesta clara y directa. No es como un catarro, que si no pasa en dos semanas deberías ir al médico”, indica Fernández García. Al fin y al cabo, a los seres queridos se los echa de menos siempre. Más que pensar en tiempos hay que pensar en cómo nos afecta: si nos permite o no hacer vida normal. Si no nos deja, es el momento de buscar ayuda. Aun así, la pena es parte de las emociones de la vida. “La tristeza y sentirse triste es completamente legítimo”, recuerda el experto.
Por todo esto, igualmente, no hay una respuesta clara sobre cuándo traer una nueva mascota a casa. El proceso es personal y no debe ser forzado. Pensar que un nuevo gatito hará que el dolor por la pérdida del que acaba de fallecer desaparezca puede resultar un atajo fallido.
Cómo afrontar el duelo
Por mucho que nos guste tener listas en las que hacer check para tener la receta para solventar los problemas, no hay una receta mágica para solucionar el duelo. “Buscamos fórmulas para hacer las cosas bien en lugar de escuchar lo que necesitamos”, lamenta Fernández García. En todo caso, debemos no intentar centrarnos en superarlo lo más rápido posible, aceptar que hay emociones que son desagradables —y son parte de la vida— y hacer los autocuidados que te pide el cuerpo. Son consejos que valen para todos los procesos de duelo.
Cuando el duelo por las mascotas implica a niños y niñas, la mejor manera de afrontarlo es “diciendo las cosas de forma que lo puedan entender y permitiendo que haya emociones y no teniendo miedo a compartirlas”. Se puede hablar con ellos usando la palabra muerte, aunque a veces niñas y niños tengan una visión fantástica de lo que supone y no la entiendan muy bien.
A veces, se tiende a inventar historias alternativas, pero se debería abordar sin tabús, puesto que la muerte es justamente parte de la vida. Querer proteger demasiado, señala el psicólogo, puede resultar “más contraproducente a la hora de educar emocionalmente”.