Tras la fiebre por las despensas en las que todo estaba bien dispuesto en tarros y botes transparentes —y la avalancha de vídeos de 'restocking' que generaron— y tras los cubitos de hielos de todas las formas, colores y composiciones posibles, las redes sociales han alumbrado la última tendencia para las cocinas. Se llama 'fridgescaping' y consiste en, básicamente, decorar el interior de la nevera. Fuera medio limón pocho y dentro esqueletos para Halloween, camafeos regencia para celebrar Bridgerton o cucos jarroncitos de flores que ocultan los yogures bífidus.
Lo importante es que los estantes de la nevera tengan una cierta unidad y coherencia estilística, porque lo habitual es que las decoraciones de nevera tengan una temática o una suerte de línea argumental. Cuando abres la puerta del frigorífico, lo que se ve debe ser bonito.
La imaginación es el límite: guirnaldas de luces, marcos de fotos, cuadritos, vasijas antiguas, decoraciones adhesivas, flores y más flores… Incluso, hay quien suma toques olfativos para hacer la experiencia más inmersiva.
La tendencia empezó —cómo no— en TikTok, pero se hizo tan viral que rápidamente saltó a las demás redes sociales. De hecho, nos hemos enterado hasta la gente que nos quedamos en el camino de la adopción de los social media punteros y solo estamos en Instagram: ya circulan por allí los reels y las fotos de neveras temáticas.
Por geografía, como otros virales previos, la tendencia ha salido de Estados Unidos. Los medios estadounidenses fueron, de hecho, los primeros en hablar del tema (y descubrir que, a pesar de todo, la palabra ya es vieja: la primera mención al 'fridgescaping' es de hace 13 años). El boom global del 'fridgescaping' según los patrones de búsqueda en Google empezó en verano. Desde entonces ha saltado ya a Europa —y a España— y los vídeos más populares sobre el tema en TikTok acumulan ya millones de visionados.
Though Lynzi, una 'fridgescaper' popular en TikTok, le explica a 'Buzzfeed' que lo hace porque le ayuda a ser consciente de qué tiene en la nevera (y qué se va a poner malo, reduciendo el despilfarro), a probar comidas nuevas o a cocinar más en casa. Y la nevera está siempre limpia. “Pensé que era una manera muy bonita de romantizar un lugar de tu vida que es habitualmente bastante mundano”, le dice al medio.
Mantener la nevera limpia parece un poderoso incentivo, pero la decoración parece a primera vista algo que requiere demasiado tiempo y esfuerzo. Hasta se podría pensar si es lo más correcto almacenar las pechugas de pollo de la cena con un cesto lleno de dalias (que están en otoño en temporada, como estos productos). Los expertos en alimentación que ya han hecho la ronda de los medios de comunicación no parecen están muy de acuerdo con lo de que la decoración de la nevera ayudará a evitar la pérdida de alimentos por no usarlos y tienen serias dudas de que permita mantenerlos en buen estado. Les preocupa la contaminación cruzada y que las condiciones de almacenamiento que priman la estética sobre la funcionalidad no sean la mejor idea.
Por otro lado, puede que esta obsesión estética por los estantes de la nevera esté muy conectada con la constante búsqueda de la felicidad en la que nos encontramos actualmente (por, justamente, una cierta sensación de pérdida de alegría). Decorar la nevera es una vía más simple que otras muchas de lograr un pequeño chute de dopamina, una que además no hace daño a nadie.
Esta es una pregunta más difícil de responder. Habrá que prestar atención a qué se ve en las tiendas de decoración y qué circula por ecommerce en los próximos meses. La tendencia viral de las despensas con sus tarritos propicio un boom de productos para almacenaje. Si la gente se está lanzando al 'fridgescaping' lo veremos en lo que intentan vendernos.
Una analista de tendencias, Emily Carmeli, le ha explicado a 'Architectural Digest' que el 'fridgescaping' está muy conectado con la obsesión moderna con que las cosas sean estéticas. Ahora que le hacemos fotos a todo y todo lo subimos a nuestros perfiles sociales, la lechuga iceberg y la leche de marca blanca no sirven mucho para romantizar nuestro día a día. Queremos que se vea bonito. De ahí que emerja la tendencia y la gente la abrace.
Incluso, hay quienes conectan esta obsesión con hacer las neveras más estéticas y placenteras visualmente con corrientes que tienen lecturas más profundas, como el boom 'coquette' de hace unos meses y el auge de las 'tradwives'.
Otra pregunta de difícil solución. Los trends en redes sociales pueden ser muy efímeros y pasarse de moda tan rápido como se convirtieron en tendencia, o tener una duración larga y que se ramifica en otras muchas cosas. Los botes para restocking, esos transparentes con sus tapas de corcho y su espacio para anotar qué hay dentro, siguen teniendo una fructífera vida en tiendas online…
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