La psicología intenta abordar, desde diferentes perspectivas, cómo nos relacionamos con nosotros mismos y cómo lo hacemos con los demás. La llamada “Ley del espejo” puede ser muy útil a la hora de conocer nuestro interior y de mejorar las relaciones de pareja. En términos generales, plantea que vemos en los otros un espejo de lo que ocurre en nuestro interior, algo que podemos utilizar si somos conscientes de ello. Te lo contamos con detalle.
La conocida como ‘Ley del espejo’ es el título de un libro del reconocido experto en coaching y asesoramiento psicológico Yoshinori Noguchi. Utiliza este término para proponer la idea de que la percepción que tenemos del mundo y de las relaciones personales son el reflejo de nuestro interior. Partiendo de esta idea, Noguchi sugiere que si queremos cambiar algo de nuestro entorno, primero debemos realizar el cambio en nuestro interior. Lo que ocurre fuera es también lo que ocurre dentro, así que debemos pasar a la acción y revisar nuestra manera de pensar y sentir si queremos mejorar lo que nos rodea. Su planteamiento es muy útil a la hora de resolver enfrentamientos con otras personas, como puede ocurrir con la pareja.
Poner en práctica las propuestas de Yoshinori Noguchi es sencillo si realmente quieres. El autor plantea que cuando el comportamiento de otras personas nos irrita, puede ser porque lo reconozcamos en nosotros mismos, y por eso nos provoca rechazo. Al mismo tiempo, puede suponer una reafirmación de nuestra identidad, si observamos en el otro aquello en lo que no queremos convertirnos. Saber cuál de las dos cosas te está pasando solo es posible mediante la introspección honesta.
En ocasiones, la frustración que sentimos con algunas personas procede de lo que Noguchi llama la idealización. Es decir, el problema no está en que el otro haga algo que nos decepcione, sino en las expectativas que habíamos creado acerca de cómo esperábamos que se comportase.
La ‘Ley del espejo’ puede ser muy útil para mejorar nuestra relación de pareja, sobre todo en situaciones de conflicto. De manera casi instintiva, cuando discutimos o nos enfadamos con nuestra pareja, tendemos a ignorar la parte de responsabilidad que podemos tener. Y eso lleva, inevitablemente, al deseo de que la otra persona cambie, algo que por lo general solo puede acabar en malestar y frustración. La propuesta es que, antes de discutir, ambos miren en sí mismos, como si se tratara de un espejo, lo que reprochan al otro, admitiendo qué puede enmendar cada uno dentro de sí para resolver la situación y mejorar la relación de pareja.
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