Podemos decir alto y claro que el estrés y la ansiedad forman parte del día a día de muchas personas. El exceso de trabajo, los ritmos acelerados y otros factores han hecho de la ansiedad un estado que nos afecta en una medida mayor de la que habríamos querido admitir. Pero una vez puesto el problema sobre la mesa, hay que ver cómo podemos resolverlo. Por supuesto, es importante identificar cuáles son los elementos que generan estrés en nuestra vida, y hacer todo lo posible para buscar los cambios y estrategias que nos liberen de él.
Por otra parte, practicar disciplinas como el yoga, pueden ayudarnos a mantener la ansiedad bajo control y a retomar un estilo de vida saludable que nos proporcione bienestar físico y mental. Diferentes estudios realizados en los últimos años apuntan a la eficacia del yoga para este fin, ofreciéndonos una serie de beneficios capaces de dejar atrás la ansiedad. Así que, puede que haya llegado el momento de buscar una pausa en nuestra agenda para comenzar a practicar asanas y liberar de carga nuestra mente.
El estrés y la ansiedad generan malestar en el cuerpo y provocan que se acumulen tensiones. Estas, en poco tiempo, se transforman en dolor físico, y acabar con él pasa por acabar con el estrés que lo causa. Está comprobado que el yoga nos ayuda a cambiar el foco de atención y desplazarlo de aquello que nos produce ansiedad, lo que mitiga la sensación de dolor acumulada.
El cortisol es la hormona del estrés, la que nuestro cuerpo produce cuando se encuentra en peligro o alarma, y cuando alcanza niveles elevados nos provoca ansiedad, además de poner en peligro nuestra salud. Practicar yoga se considera una medida efectiva para reducir los niveles de cortisol en sangre y, por lo tanto, a disminuir la sensación de estrés.
Cuando un médico especialista diagnostica una depresión, se inicia un tratamiento que suele incluir la pauta de tomar medicamentos antidepresivos. Además de cumplir a rajatabla las indicaciones del médico, se pueden realizar actividades que apoyen el tratamiento, y según diferentes estudios, el yoga puede convertirse en un complemento muy útil.
Practicando yoga sentimos que estamos cuidando de nuestra salud, tanto física como mental. Y eso tiene un efecto muy positivo que nos impulsa a seguir otros hábitos saludables, lo que nos hace vivir más felices y, por lo tanto, con menos estrés.
Cuando la ansiedad aparece, es muy habitual sentirnos bloqueados para realizar muchas acciones cotidianas. Si logramos practicar yoga y crear una rutina, la sensación de bloqueo se rompe y volvemos a sentirnos capaces de llevar las riendas de nuestra vida.
Las clases de yoga, si bien no son una clase de aeróbic, también nos hacen quemar calorías, además de tonificar nuestra musculatura. Por lo tanto, son muy útiles para hacer frente al sedentarismo o adicción a la comida que puede conllevar un estado continuo de ansiedad.