¿Por qué hay que lavar el arroz antes de cocinarlo?

Hay detalles en la cocina que pueden marcar una gran diferencia a la hora de cocinar, porque mientras muchas cosas podemos hacerlas por intuición, como añadir cantidades de algo a un guiso o dejar que la comida se cocine el tiempo que nos pida, hay otras veces que las cosas se hacen con una intención, como suele suceder en la repostería.  

Muchos de los tips que seguimos por inercia se hacen por un motivo concreto, aunque en ocasiones ni siquiera seamos conscientes de ello. Nos han enseñado a hacerlo así y nosotros seguimos los pasos, sin embargo, también hay otras ocasiones en las que, después de pasar mucho tiempo haciendo las cosas a nuestra manera, descubrimos que no siempre es la mejor o que hay otras formas de hacerlo. 

Por ejemplo, es habitual en los países asiáticos lavar el arroz antes de cocinarlo, una práctica que tiene una razón de ser y que no es conocida por todo el mundo. ¿Por qué se lava el arroz?

Por qué hay que lavar el arroz antes de cocinarlo

Lo cierto es que hay algunos arroces que se benefician de ser lavados antes de ser cocinados, mientras que otros perderían parte de su esencia al hacerlo así. Al lavar el arroz antes de cocinarlo eliminamos parte del almidón, lo que hace que cambie su textura tras el cocinado, mostrándose más ligero y suelo. En algunas recetas esto es bueno, es lo que se busca, pero en otras se espera que el arroz esté pegajoso y meloso, por lo que lavarlo no sería una buena idea. 

Lavar el arroz es, en gran medida, una cuestión cultural, de tradición, se hacía para eliminar los restos de polvo, cáscaras o insectos que pudiera tener, una forma de prepararlo que se ha mantenido en el tiempo. Actualmente, ya no se hace por eso, pero también podemos beneficiarnos de este sencillo gesto, porque ayudar a eliminar parte del arsénico que el arroz ha ido absorbiendo de la tierra durante su cultivo. A lavarlo evitaremos que tenga repercusiones sobre nuestra salud. 

Es también una forma de eliminar los microplásticos que se ha demostrado que pueden contener (aunque en unas cantidades mucho menores que el arroz precocinado). Lavar el arroz puede hacer que la concentración de estos sea menor, evitando que llegue a perjudicar nuestra salud. 

Si quieres lavarlo, puedes ayudarte de un colador donde poner el arroz y pasarlo bajo el grifo de agua corriente. Verás cómo el agua adquiere una tonalidad blanquecina a medida que limpia el almidón que se encuentra en el alimento. Es habitual lavar el arroz blanco, no es necesario hacerlo con el redondo, porque suele usarse para recetas en las que se espera que quede más pegajoso gracias al almidón que suelte en el cocinado. El arroz largo suele lavarse de manera suave. 

Conviene señalar que todos los productos que compramos en el supermercado son adecuados y seguros para el consumo humano, por lo que comer el arroz sin lavarlo no pondría en riesgo nuestra salud, aunque un consumo excesivo del mismo sí que podría llegar a afectarnos, por eso los expertos recomiendan dietas variadas y saludables.

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