Jordi Cruz se ha sincerado con Vicky Martín Berrocal en su podcast 'A solas', donde ha tratado varios temas relevantes relacionados con su profesión, haciendo hincapié en las estrellas Michelin (actualmente el chef cuenta con tres en su buque insignia, el restaurante ABaC) y cómo ha gestionado la perdida de una de ellas en su otro restaurante Angle.
A pesar de el cocinero atraviesa un gran momento personal, ya que hace poco se daba el 'sí quiero' con la modelo Rebecca Lima, y también disfruta en su papel como padre del pequeño Noah, profesionalmente ha tenido que hacer frente a un delicado bache este 2024.
"Me gustaría decirte que soy feliz, y enseñarte una cara mía más amable, pero este año me ha machacado mucho", se ha lamentado Jordi respecto a su situación actual y el complicado momento que atraviesa. "Yo no necesito tres estrellas Michelin, porque con un carrito de 'hot dogs', haría los mejores 'hot dogs' del mundo y tan contento. No necesito el follón, ni que me aplaudan, pero lo hago por el equipo", ha remarcado al respecto.
Y es que Jordi Cruz deja entrever que la afamada guía gastronómica consiguió descuadrarle con su decisión. "Es la única vez en mi vida que Michelin me ha descuadrado", le ha confesado a Vicky Martín Berrocal en su podcast. Del mismo modo, el cocinero ha defendido el trabajo de su equipo, ya que insiste en que nunca han bajado el ritmo ni la calidad en su cocina. Pese a ello, Jordi asegura que jamás pondría en duda un veredicto. "Incluso cuando no es positivo, tiene que servir para hacerte mejor", apunta.
"Era un restaurante muy lineal, con el mismo equipo de siempre, pero lo que ha hecho es mejorar", ha explicado respecto al funcionamiento en su restaurante Angle (que ha perdido una de sus dos estrellas). "Quizá no mucho, pero sí ha mejorado desde el momento en que le dieron la segunda estrella y nunca ha bajado el ritmo", sostiene Cruz, quien también ha querido explicar cómo funciona el sistema de reconocimiento de la guía Michelin y la concesión de estrellas.
Así, ha dejado muy claro que no son un premio permanente ni mucho menos. "Las estrellas no existen. Son una acreditación temporal que cada año se renueva", ha detallado el chef. Sin embargo, reconoce que no por eso deja de ser un premio "que todos los cocineros queremos. Necesitamos esas pequeñas motivaciones porque este es un oficio muy duro", remarca. De hecho, Jordi ganaba su primera estrella Michelin con apenas 24 años, siendo uno de los cocineros más jóvenes en hacerse con una. Ahí, entraba a formar parte de esta lista privilegiada en la que también se encuentran Martín Martín Berasategui o Dabiz Muñoz.
Además, también ha desgranado cómo funciona la escala de estrella, según indica la propia guía: "Una estrella indica que vale la pena desviarse"; Dos, "No solo vale la pena desviarse, si no que casi casi deberías ir" y tres "si vas a esta ciudad y no vas a este restaurante tienes que ir porque es visita obligada", ha enumerado. Dicho esto, finaliza: "Tiene 100 años la guía, un prestigio enorme y mucha repercusión".
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