Todas las mujeres embarazadas tienen claro que, cuando se acerque el momento del parto, podrán sentir unas contracciones. Serán estas las que avisarán que el alumbramiento está cerca. Pero eso sí, será muy importante conocer los diferentes tipos de contracciones, porque no todas indican que el momento del parto ha llegado. Es el caso de las contracciones de Braxton Hicks. Pero, ¿cómo podemos identificarlas?
Las contracciones Braxton Hicks son esporádicas y no presentan ningún tipo de dolor. Aunque sí suelen ser especialmente incómodas y producirán una especie de tensión en la zona del abdomen. Su aparición no nos indicará que el parto está cerca y tampoco supondrán ningún tipo de peligro para el embarazo. Estas se producirán para ablandar y tonificar el cuello uterino, facilitando el flujo de sangre hacia la placenta.
Suelen aparecer alrededor de la semana 20 de embarazo. Además, aumentarán su frecuencia e intensidad según va avanzando el embarazo. Como hemos dicho, podrán darse en el segundo trimestre de embarazo, aunque lo más normal será sentirlas en el tercero. Hay que saber que es un tipo de contracciones que las presentan todas las embarazadas, aunque no todas ellas las sentirán.
Entre sus síntomas nos podemos encontrar con un dolor suave en la zona de la ingle o en la parte más interior del abdomen. También, la mujer embarazada podrá presentar unas contracciones más cortas y que van aumentando en tensión y frecuencia. Este tipo de contracciones no suelen ser ni fuertes ni dolorosas y, una vez que se cambia de posición, el dolor termina yéndose.
Respecto a las causas de por qué se producen estas contracciones debemos saber que se dan si la mujer tiene una mayor actividad, si la mujer se toca en exceso el abdomen o si tiene una mala hidratación. También, puede darse al mantenerse relaciones sexuales o por tener la vejiga distendida.
Como ya hemos comentado, son contracciones especialmente molestas pero no dolorosas. Por eso, lo mejor será buscar algunos remedios para aliviarlas. Para ello, será importante modificar la postura y la actividad, darse un baño relajante y tomar mucho líquido para evitar la deshidratación. También, será importante realizar ejercicios en el embarazo tanto de relajación como de respiración.
Habrá que acudir a un especialista si, además de las contracciones, notamos pérdida de líquido amniótico, contracciones muy seguidas y dolorosas y muchos movimientos del bebé. Será en ese momento cuando habrá que consultarlo, ya que podrá estar comenzando el parto.
Lo que hará que las distingamos de otro tipo de contracciones será la frecuencia en la que se producen, que es es muy baja y con bastante distancia temporal. Pero, ¿cómo diferenciamos unas de otras? Las contracciones normales producen un dolor en la zona lumbar que se va desplazando hasta el abdomen y suelen producirse con más frecuencia. Por su parte, las de Braxton Hicks no son dolorosas ni muy seguidas, con una frecuencia muy extensa en el tiempo. Una vez que sepamos la diferencia entre unas y otras, nos evitaremos acudir a un centro especializado sin necesidad.