Cuando una mujer se queda embarazada, una de las ilusiones de muchos padres es conocer el sexo de su bebé. Esto no podrá saberse, con certeza, hasta la ecografía que nos hace un profesional en la semana 20 de gestación, y no siempre sucede. Hay algunos progenitores que no pueden aguantar las ganas y desean saberlo cuanto antes, por eso, en los últimos tiempos se ha desarrollado una teoría, la del Nub, que puede ser bastante acertada.
La teoria del Nub, también conocida como la ‘teoría del tubérculo genital’ es una de las pruebas preferidas de los padres que quieren saber con urgencia el sexo de su bebé. Esto se debe a que se realiza durante el primer trimestre. Lo cierto es que desde siempre han existido una infinidad de métodos caseros o tradicionales que nos han podido dar pistas sobre el sexo del pequeño o la pequeña, pero esta alternativa suele ser una de las más recomendadas.
¿En qué consiste esta teoría? Gracias a esta prueba podremos comprobar que los genitales del feto son distintos a partir de la semana 12 de gestación. En los niños, el pilar de los genitales apuntarán hacia arriba, formando un ángulo de 30 grados. En las niñas permanecerán en paralelo a la columna.
Por tanto, será importante localizar el ángulo lumbosacro y el ángulo cutáneo del tubérculo genital, y así, el especialista podrá saber cuanto antes el sexo del pequeño. Esta teoría tiene una base científica que permite identificar el sexo del bebé a partir de la semana 12 de embarazo.
Sí que es cierto que, al igual que sucede con otros métodos caseros, no será cien por cien fiable. Por eso, habrá un 75% de posibilidades de determinar el sexo correcto del nacimiento, en la semana 12 de embarazo, y un 95% en la semana 20. De esta forma, se reconocerá el sexo del pequeño a través de la observación de los genitales. Será a partir de la novena semana cuando los genitales comienzan a diferenciarse de forma gradual hasta la decimocuarta semana.
Además, se tendrá cierta esperanza en que el bebé estará en la posición correcta para permitir la observación. De esta forma, para que el método se haga correctamente habrá que observar que la longitud de la columna es visible horizontalmente. A partir de ese momento se tendrá que buscar un bulto pequeño. Si la protuberancia tiene un ángulo de 30 grados más alto que la columna indicará que el bebé es un niño.
Esta teoría surgió en 1999 cuando varios investigadores analizaron los tubérculos de los bebés en más de 170 embarazos. También, en 2006, se rehizo el estudio, pero esta vez con una muestra superior a 650 personas. Aún así, siempre será importante hacer caso al especialista y, por tanto, esperar hasta la ecografía de la semana pertinente que lo confirme.