La lactancia materna es muy beneficiosa para el bebé y, una vez establecida, por lo general resulta muy cómoda y gratificante para las madres. Es una experiencia intensa, en la que el vínculo entre la madre y su hijo es especialmente estrecho. Pero tarde o temprano, sin importar el motivo, la lactancia llega a su fin, y entoces hay mujeres que sufren la conocida como depresión post destete. Puede que la madre pase por esta fase aunque haya iniciado el destete de manera voluntaria, pero cuando se hace de manera involuntaria, las posibilidades de experimentarla aumentan.
La vuelta al trabajo o la falta de asesoramiento para establecer correctamente la lactancia son dos de los motivos principales por los que las madres dejan de amamantar. Otras veces, es el bebé el que, en un determinado momento de su desarrollo, decide no continuar comiendo del pecho de su madre. Lo cierto es que siempre es un momento delicado para el que no existe preparación y que puede inducir a la madre a una tristeza con la que no contaba.
Por lo general, las mujeres viven la maternidad en una continua contradicción: por un lado están deseando ver a su bebé crecer y alcanzar nuevos hitos, y por el otro no pueden evitar sentir cierta pena cuando las etapas de desarrollo llegan a su fin. El destete es uno de los momentos más cruciales, porque la madre pasa de no poder casi despegarse del bebé a sentir (injustamente) que este ya no la necesita como antes. Comienza una etapa en la que el vínculo entre la madre y el niño debe afianzarse de otras maneras, lo que puede generar angustia, preocupación y tristeza.
Esto, en sí mismo, no es raro que ocurra y, lo deseable es que no pase de ahí, de una sensación de tristeza que desaparece en poco tiempo y que no tiene mayores consecuencias. Ahora bien, es importante con confundir la tristeza con depresión. Te contamos cómo puedes identificar a la segunda.
Los síntomas de la depresión post destete son similares a los de la depresión posparto. De hecho, es una depresión que puede aparecer en el primer año de vida del bebé, por lo que es muy probable que coincida con el destete. Además del sentimiento de tristeza, la madre entra en un estado en el que no siente ganas de hacer nada. Puede empezar a pensar también que su bebé estaría mejor sin ella o tener ideas relacionadas con la autolesión. Con cualquiera de estos síntomas es urgente buscar ayuda médica.
Nada puede garantizar que la depresión post destete vaya a darse o no, porque son muchos los factores que influyen en su aparición, como que la madre cuente con una buena red de apoyo o que ya haya padecido depresión en un momento anterior de su vida. Pero sí podemos intentar evitarla con estos consejos: