Violeta Mangriñán confiesa los "miedos e inseguridades" que siente en su segundo embarazo

Un año después del nacimiento de su hija Gala, Violeta Mangriñán y Fabio Colloricchio están esperando su segundo hijo en común. La influencer dio la noticia hace tan solo unos días, cuando contó emocionada que "una personita más" se une a su historia y que están "deseando" conocerle.

Este embarazo, como la propia protagonista ha contado, no ha sido "ninguna sorpresa" y era algo que esperaban y deseaban "con todo el amor del mundo". "Somos conscientes de que la paternidad no es un camino fácil, pero estamos totalmente convencidos de que el esfuerzo merecerá la pena", decía la influencer, feliz de poder darle un hermano o hermana a su hija Gala.

Sin embargo, a pesar de la emoción y la felicidad que produce una noticia así, la valenciana también ha hablado de la otra cara de la maternidad. Violeta Mangriñán acudía este miércoles al hospital para realizarse "las pruebas del ADN fetal", que son aquellas que, en sus propias palabras, "detectan posibles anomalías genéticas en el ADN". Esa prueba, que es privada, tiene varias opciones y la más cara es "la que más anomalías detecta", según explicaba la influencer. "Esta vez me ha costado 725 euros, con Gala me la hice y pagué 600 euros. En esta prueba también indica el sexo del bebé", ha contado Mangriñán en base a su propia experiencia.

El próximo 7 de agosto, aproximadamente, tendrán los resultados de las pruebas. La pareja, como ya hizo en su primer embarazo, quiere organizar una pequeña fiesta para conocer el sexo del bebé. Es por eso que la clínica en la que se ha realizado la prueba llamará a su suegra (la madre de Fabio) para contarle a ella los resultados y el sexo del bebé que esperan. Sin embargo, en una confesión con sus millones de seguidores, Violeta también ha dicho que en este embarazo está teniendo "más miedos e inseguridades" que con el primero. "Y debería ser al revés, ¿no?", preguntaba.

Los tres meses "más duros" de la vida de Violeta Mangriñán

Justo después de cumplir 12 semanas de embarazo, la influencer contaba que había vivido "los meses más duros" de su vida y que no había sido nada fácil mantener en secreto su estado. "Supongo que ahora entenderéis también la decisión radical de dejar Valencia y volver a Madrid. Si separarme de Gala por trabajo cada semana ha sido duro, con dos es que ni siquiera me lo planteo", dijo también sobre su nuevo cambio de residencia.