Cuando los niños se encuentran en edad preescolar empiezan a dormir solos en su cama. Pero dejar la cuna atrás supone toda una transición que no todos los peques viven por igual. Para algunos es un cambio positivo porque se sienten más cómodos en la cama, con más espacio y con total libertad para salir o entrar. Otros, en cambio, pueden sentirse más vulnerables ante lo desconocido y el tamaño de la cama puede resultarles difícil de abarcar. No te pierdas estos efectivos consejos con los que tu hijo conseguirá dormir en su cama cada noche y tener un descanso saludable.
Para que tu hijo concilie el sueño y logre dormir profundamente, asegúrate de que la habitación haya sido ventilada, que la temperatura no sea muy elevada y que pueda quedarse a oscuras. En cuanto a la cama, debe tener un buen colchón, que sea cómodo y saludable. Cúbrelo con sábanas que sean agradables al tacto y le resulten suaves.
Las rutinas son necesarias para los niños y esenciales cuando hablamos de ir a dormir. Procura llevarle a la cama siempre a la misma hora, después del baño y la cena, y quédate con él ayudándole a conciliar el sueño cantándole una canción o contándole un cuento.
Tu hijo conseguirá dormir solo y lo mejor es que aprenda a hacerlo de manera gradual. Aunque pases un ratito con él, ya sea con una canción, con un cuento o charlando, después debes decirle que ha llegado la hora de dormir e irte de la habitación. Si se levanta llévale a la cama con suavidad, sin entrar en discusiones y sin iniciar actividades que puedan agitarle.
Es normal que un niño sienta miedo o le produzca ansiedad la idea de dormir solo. Para darle calma y consuelo es esencial que tú seas la primera en mantener la calma. Enséñale a respirar profundamente, anímale a visualizar imágenes que le den tranquilidad, dale un masaje suave, asegúrate de que tiene cerca su peluche favorito…
Es muy importante reforzar su progreso a medida que vaya durmiendo solo. Celebra los avances que haga y felicítala por cada noche que haya conseguido dormir solo. Así ganará confianza en sí mismo y tendrá la motivación para seguir durmiendo en su cama sin necesidad de que haya alguien con él.
A estas alturas de la crianza ya sabes de sobra lo importante que es tener paciencia y constancia para que tu hijo se adapte a los cambios. Pasar de la cuna a la cama y lograr que duerma solo puede llevar un tiempo, pero con calma y amor todo se consigue.