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Cuando estás embarazada y se va acercando la fecha del parto, tu cerebro comienza a prepararse para dar a luz y, con toda la información recibida, para todas las molestias que puedes sufrir en el postparto. Una de las más desconocidas, aunque frecuente, es tener temblores incontrolables tras nacer el bebé. Aunque no los experimentan todas las mujeres, ni tienen por qué ser preocupantes, es importante que sepas que puedes experimentarlos cuando llegue tu momento.
Como decíamos, en las horas siguientes a dar a luz hay mujeres que experimentan temblores, escalofríos o una inesperada sensación de nerviosismo. Establecer una única causa a este fenómeno resulta complicado, aunque se cree que la anestesia, epidural o raquídea, puede tener bastante que ver. Al aplicar la anestesia se produce una pérdida de calor corporal debida a la dilatación de los vasos sanguíneos periféricos, y para regular la temperatura el cuerpo reacciona y se producen los temblores. Otra posibilidad es que la bajada de tensión que se experimenta con la anestesia provoque los temblores para compensarla.
Pero la anestesia no es la única causa posible. Al dar a luz se pierde sangre y líquidos, la mujer realiza un gran esfuerzo físico y se trata de una experiencia que puede ocasionar estrés. Que el cuerpo reaccione con temblores es completamente lógico teniendo en cuenta estas circunstancias.
No hay forma de saberlo, ya que no es algo que le ocurra a todas las parturientas. De hecho, puede que ya hayas tenido un primer parto sin temblores y aparezcan tras un segundo, o viceversa. Todo apunta a que en los partos cortos, con poca anestesia o ninguna y en los que no se pierde excesiva sangre, son menos propensos a causar temblores. Con todo, no se han establecido diferencias entre partos vaginales o partos por cesárea a la hora de determinar que estos temblores aparezcan.
Lo más importante es que estés informada de que existe la posibilidad de que los experimentes y que no son preocupantes. Desaparecen en las primeras horas tras el parto y, si sabes que pueden ocurrirte, posiblemente te generen menos preocupación si llega el caso.
Para prevenir los temblores postparto, el personal médico se encarga de que la dosis de anestesia sea la mínima necesaria en cada caso. Además, todo aquel fluido que se administre a la embarazada no llega frío a ella para no generar un desequilibrio de la temperatura corporal.
Si se producen los temblores, la mejor forma de aliviarlos de manera rápida y eficaz es proporcionando calor a la mujer mediante mantas u otros sistemas de los que disponga el centro médico en el que se encuentre.