Malú celebra un cuarto de siglo en el mundo de la música. Una trayectoria profesional de veinticinco años, incluye catorce álbumes de estudio, más de dos millones y medio de unidades vendidas, giras de éxito, distintos reconocimientos y un puñado de himnos en el imaginario colectivo. Fue en 1998 cuando la artista comenzó su carrera, y, desde entonces, han sido grande e intensa su evolución artística. También la personal, esa que prefiere mantener en un discreto segundo plano. Recientemente, ha hecho una excepción al referirse al cambio que ha experimentado tras la llegada de su hija Lucía.
La madrileña se ha convertido, en las últimas dos décadas y media, en uno de los grandes nombres de la música española, con lo que ello conlleva de exposición pública. Pese a todo, María Lucía Sánchez Benítez (el nombre real de la artista) ha conseguido lo imposible: que el foco recaiga sobre su trabajo y apenas haya menciones a su vida privada a lo largo de los años. Un hermetismo que mantuvo incluso durante la tormenta mediática posterior a conocerse su relación sentimental con Albert Rivera, con quien se estrenó en la maternidad en diciembre de 2019 y de quien se separó este verano.
Ahora que se cumplen cuatro años desde el nacimiento de su hija Lucía, la intérprete de éxitos como 'Invisible', 'Blanco y negro' o 'Aprendiz' ha hablado en profundidad de lo mucho que ha cambiado tras convertirse en madre. Lo ha hecho en una entrevista con el periodista Iñako Díaz-Guerra para El Mundo. En la charla, la artista se ha sincerado sobre su actual momento personal, reconociendo ser "muchísimo más feliz" tras haber aprendido a estar "aquí y ahora", a relajarse, soltarse y vivir "sin tener el control de todo ni en lo personal ni en lo laboral", en sus propias palabras.
Sobre esto último, su faceta más íntima, ha reflexionado también. Porque la gran culpable de ese importante cambio de actitud vital ha sido su hija junto al exlíder de Ciudadanos, que recientemente revelaba cómo se conocieron. Para Malú ser madre ha convertido "todo lo demás en muy secundario". "Ya directamente paso de mí misma, no soy tan importante. Que te den, María Lucía", ha resumido en el citado diario.
Con Lucía, la cantante ha vuelto a la niñez, pero de una forma diferente. La cantante ha vuelto a vivir la inocencia típica de esa edad, pero ya desde otra perspectiva, "ya curtidita y con mis cosas". Malú ha recuperado ese punto "tan bonito" que le ha llevado a preguntarse por qué tiene que generarse una existencia cargada de ansiedad, estrés y tanto control cuando, en realidad, según su testimonio, no tiene control "sobre nada". "El único control que tengo en mi vida es el de la fuerza que le doy al columpio de mi hija. Es el único control que tengo y el único que me importa tener", ha señalado, en relación a la pequeña.