El 5 de marzo del 2022 la vida de Esther Acebo daba un giro de ciento ochenta grados. La actriz se convertía en madre por primera vez a sus 38 años tras un parto que duró más de un día. "Las veinticinco horas más salvajes de mi vida". Así fue como la protagonista de La casa de papel daba la bienvenida al mundo a su primogénita y la presentaba en sus redes sociales. Un año y medio después, la artista se ha sentado en el podcast de La vida secreta de las madres en donde, con todo lujo de detalles, ha contado cómo está viviendo la maternidad y cómo recuerda el día que dio a luz a la persona que revolucionaría su vida, y sus planes, por completo.
Como muchas otras celebrities, la intérprete ha querido abordar un tema que antes era tabú en la sociedad y, sobre todo, entre las madres: el posparto y todo lo que ello conlleva. "Van pasando meses y voy poniendo nombre a las cosas. La culpa, ¿por qué me sentía tan mal? No estaba en el momento más feliz. Los primeros meses son muy difíciles", ha comenzado diciendo.
La compañera de reparto de Jaime Llorente o Úrsula Corberó en LCDP, ha asegurado que uno de los problemas es que, antes de ser madre, te imaginas a un "bebé muñeco". Nada más lejos de la realidad, la actriz ha relatado en primera persona que la verdadera realidad posparto es un tema del que se habla muy poco y es un estado "que no se desea empezar". En el podcast mencionado, ha relatado que en su caso se sentía "sin fuerzas", a pesar de que "tuvo un buen parto": "Buscaba si me podía morir de sueño. No quería ni dar un paseo. Me pasaba de todo, no podía. O tienes un entorno que te arropa o sufres".
Tres meses después de la llegada al mundo de su primogénita, Acebo decidió volver a los sets de rodaje tras una oportunidad laboral. Acompañada por su hija en todo momento, la intérprete daba el pistoletazo de salida a la conciliación, a pesar de no estar al cien por cien recuperada del posparto. "La conciliación no es una broma", ha subrayado.
"Hay cosas que hay que abandonar, yo sentía que estaba fuera de control. Me acuerdo que en el día cuarenta y uno, mi madre me dijo que si estaba cansada o qué me pasaba. Yo sentía que mi cuerpo no era mío", ha relatado. Un proceso que ha entendido un año y medio después de la llegada de su primogénita porque, "es ahora cuando está recolocando todo", a pesar de que, "el vértigo le sigue acompañando".
Desde que tomara la decisión de querer ser madre, tras el estreno de La casa de papel, la actriz se puso en contacto con su ginecólogo, al que le habló sobre sus ganas de quedarse embarazada. Una conversación que ha contado y con la que ha querido reivindicar que hay que dejarse llevar por las sensaciones de cada una: "Me acuerdo en una revisión yo le dije a mi ginecólogo me dijo que no me metiera en ese rollo, porque lo estaba petando. Me lo estaba diciendo una persona de bata blanca. Acallé aquello y gracias a ese comentario horrible, pues en la siguiente revisión le dije que era el momento. Me pregunto si me apetecía y yo le dije que sí".
Al poco tiempo, la actriz ha contado que se quedó embarazada. A sus 38 años se convertía en madre por primera vez y, aunque no se informó mucho sobre el parto, sí que tuvo claro que quería sentirse libre en todo momento: "Pierdes el control en el parto y es una realidad. Recuerdo momentos muy salvajes y animales. Me decían que estaba poderosa, una diosa". Finalmente, la intérprete ha querido recordar un cliché que, aunque es muy "La gente no sabe lo que es parir y me da rabia, pero es verdad, hay cosas que no sabes hasta que no eres madre".