Hemos avanzado mucho a la hora de verbalizar y afrontar la depresión postparto, pero no podemos olvidarnos de la importancia de tratar la depresión durante el embarazo. De hecho, es durante la gestación cuando la mujer empieza a experimentar todo tipo de cambios, tanto físicos como psicológicos, que merecen toda la atención para garantizar el bienestar de la futura madre y su bebé.
Teniendo en cuenta el cambio drástico que experimenta el cuerpo, y la perspectiva de la propia vida, un embarazo es un cóctel de sensaciones que puede llevar a la mujer a experimentar ansiedad y cuadros depresivos. Cuando esto ocurre no hay que entenderlo como si se tratara de algo pasajero o recurrir a la frase “la culpa es de las hormonas”. Hay que detectar cuáles son los síntomas que pueden indicar que estamos ante una depresión y buscar ayuda profesional. Los más frecuentes son:
La alteración de las emociones que se hace visible en el estado anímico es habitual en el comienzo del embarazo, pero hay señales que hay que tener presentes y que pueden indicar que la mujer se encuentra en un estado depresivo: llantos repentinos, falta de autoestima, incapacidad para disfrutar, estado de pena e, incluso, deseo de hacerse daño.
Cualquier estado depresivo debe tratarse, sea en el embarazo o no. En el caso de las embarazadas podría pensarse que como el cuadro depresivo se debe al momento concreto que están viviendo, cuando este acabe también lo hará la depresión. Pero lo cierto es que padecer depresión durante el embarazo aumenta las posibilidades de que esta continúe y se agrave en el postparto, afectando a la calidad de vida de la madre y del bebé. Por eso es importante ponerse en manos de profesionales ante los posibles indicios de una depresión.
Es cierto que durante el embarazo es fundamental seguir a rajatabla las indicaciones del médico para tomar cualquier tipo de medicación. Pero existen fármacos antidepresivos aptos durante la gestación que nuestro especialista puede pautar si lo considera necesario. Ese profesional ha de ser un psiquiatra perinatal que pueda valorar la situación en conjunto y hacer el seguimiento correcto.
Además, es muy importante que la embarazada reciba apoyo psicológico para transitar por esta nueva etapa, sintiéndose comprendida y obteniendo las herramientas necesarias para afrontar la maternidad con seguridad y cuidando de su salud mental.