Poco después de anunciar que estaba esperando su tercera hija, María Castro compartió con sus seguidores el motivo por el que tenía que pincharse heparina a diario. En un gesto de generosidad con su audiencia, la actriz explicó que padece una mutación genética que influye en la coagulación de la sangre, lo que le podía producir abortos espontáneos. La intérprete lo comento porque, como no podía evitar enseñar su tripa, iban a ver "unos hematomas" a los lados que no quería tapar para poner normalizar.
Cuando cumplió 21 años a María Castro le detectaron una trombosis en la pierna y ese fue el motivo, al buscar el origen, de descubrir que tenía una mutación genética que hacía que su sangre "está más coagulada que la de las demás". "El embarazo es un momento de riesgo que me puede afectar a mí directamente o al bebé, lo cual puede producir abortos espontáneos", explicó tras quedarse embarazada de su tercera hija.
Su familia lo vivió "como un drama" al descubrir su trombosis, pero ella considera que "no hay mal que por bien no venga" y desde entonces sabe que se tenía que pinchar para poder llevar con normalidad sus embarazos. María se mostró en aquel momento satisfecha de haberlo contado porque le daba pena que algunas mujeres se quedasen sin ser madres por ese motivo. "Y cada pérdida es un duelo muy horrible que se suele pasar en silencio además y si te lo puedes ahorrar con esta información, pues feliz de compartirla", dijo hace unos meses.
Dos meses y medio después del nacimiento de su tercera hija, María Castro ha puesto fin al tratamiento. A través de su cuenta de Instagram, la actriz ha compartido un vídeo inyectándose la última heparina y explicando que se trataba de la última dosis, "más o menos", 1300 inyecciones. "Quiero aclarar que lejos de guardar odio a las inyecciones, les guardo respeto y agradecimiento porque gracias a ellas mis hijas están aquí y yo también viva y sin ningún tipo de contratiempo", ha querido decir.
Antes de terminar de grabar, María ha pedido a otras mujeres que no se agobien y que todo acaba pasando. "Que viva la ciencia. Solo tengo que dar gracias", ha dicho feliz tras poner fin al tratamiento y mostrar esa última inyección dos meses y medio después del nacimiento de su tercera hija.