Seguro que últimamente no dejas de escuchar que la lactancia debe ser a demanda. Y es que hasta hace no tanto, la recomendación extendida entre los profesionales sanitarios era que el pecho debía darse cada 3 horas, y estar amantando unos 10-15 minutos con cada pecho. En la actualidad esto ya no es así. Pero ¿sabes qué significa dar el pecho a demanda y por qué es la opción más aconsejable? Te lo contamos.
Es algo tan sencillo como dar el pecho al bebé cada vez que lo demande sin importar cuánto tiempo ha pasado entre una toma y otra y dejando que coma todo lo mucho o poco que necesite. Es decir, para una lactancia exitosa y beneficiosa para el bebé no hay que mirar la hora ni cronometrar el tiempo. Regular el apetito del bebé no es necesario, además de que este es aún más cambiante que en un adulto. Él sabe cuándo tiene hambre y sed, por no hablar de que el pecho para un bebé es mucho más que comida.
Para empezar, tal y como acabamos de decir, los bebés tienen la capacidad de regular su apetito, y saben cuándo tienen hambre y cuándo están saciados. La lactancia a demanda implica más tomas al día de las que se darían si se espacian durante 3 horas, y sabemos que cuánto más succiona el bebé, más leche produce la madre y más garantías hay de una lactancia exitosa.
También hay que tener en cuenta que la composición de la leche varía a medida que el bebé crece y que, además, también varía dentro de una misma toma. Nos referimos a que la leche materna al principio de una toma tiene más cantidad de agua e hidratos de carbono, mientras que al final es más densa y rica en grasas. El bebé a veces tomará solo la primera parte para saciar su sed y otras vaciará el pecho para saciar su hambre.
Por otro lado, los bebés tienen las llamadas “crisis de crecimiento o de lactancia”, durante las cuales necesitan comer más a menudo, aunque vuelvan a tener tomas más espaciadas una vez que han pasado. Si no reciben la leche materna cuando la demandan y planteamos horarios rígidos, lo más posible es que nuestro cuerpo no se adapte para producir la cantidad de leche que necesita el bebé.