Así debe ser la lactancia materna (si se elige): libre, informada y despojada de presiones externas

Estás embarazada y surgen mil preguntas. Una de ellas es: ¿le doy o no le doy el pecho a mi bebé? La decisión “se ha de tomar con toda la información completa que dan las matronas y otros profesionales antes y después del parto”, explica Maribel Castelló, vicepresidenta de la Asociación Española de Matronas y miembro de la ejecutiva de la IHAN (Iniciativa por la Humanización de la Asistencia en el Nacimiento y la Lactancia), y añade: “Pero tampoco podemos ni debemos obligar a nadie que ya tiene la decisión tomada, y eso, en el día del parto, se debe respetar y no coaccionar”.

Una alimentación “compartida” entre el padre y la madre

Uno de los motivos que aducen las madres para no poner a su bebé al pecho es el de querer compartir ese momento con el padre. “También es posible la lactancia materna compartida si extraes la leche (como han visibilizado famosas con Cristina Pedroche) y la pones en un biberón para que se lo dé el padre”, afirma la experta. Al final, lo importante es que tome la leche, sea cual sea el formato.

Pero, sobre todo, no hay que alimentar sentimientos de culpa. La madre ha pasado por un parto, a menudo agotador y doloroso, lleva nueve meses pasando un embarazo y cuando el bebé nace puede haber distintos motivos que la lleven a elegir el biberón (también la posibilidad de ser más autónoma, desde luego). Además, están las grietas o las mastitis, y el dolor de la lactancia (como le ocurrió a María Castro), puede hacer que la madre cambie de opinión en el proceso, algo absolutamente respetable.

El alimento que crece con el bebé

Y es que una de las “magias” de la leche materna es que es un alimento que se va adaptando a las necesidades nutricionales del niño o la niña. Se trata de una emulsión que es agua en un 87,5% y que lleva en suspensión más de 200 componentes. ¿Cuáles son estos? Principalmente, carbohidratos, pero también lleva lípidos y proteínas de alta calidad. Es decir, la leche materna lleva incorporados los tres macronutrientes. Pero también los micronutrientes esenciales, que son las vitaminas, los minerales y los oligoelementos. Las cantidades de unos y otros nutrientes van cambiando según va creciendo el niño, que demanda cantidades distintas de estos. 

Pero por si fuera poco, la leche materna es también un protector inmunitario para el bebé. La inmunoglobulina, una proteína que se halla en la sangre, también se encuentra en la leche materna. Cada madre fabrica un patrón singular de inmunoglobulinas que dependen de las infecciones a las que ella misma se haya expuesto. Especialmente importante es la lactoferrina, que protege de bacterias e infecciones varias. 

Formarse para informar

El entorno sanitario de la futura mamá es muy importante: matrón/a, enfermera/o, obstetra, pediatra…, pueden ser decisivos para que elija o no la lactancia. Pero para ello es imprescindible que se los forme en lactancia materna, algo que años atrás prácticamente no ocurría. “Hoy por hoy, muchísimos profesionales se forman durante el pre o posgrado en lactancia materna”, explica Castelló; es decir, reciben información de calidad que pueden transmitir en sus consultas a la futura madre. También existe la mencionada iniciativa IHAN, que llevan “más de 20 años fomentando la formación a profesionales y como apoyo a madres lactantes”, comenta la experta. 

Cada mujer, cada parto y cada experiencia son únicas

Conocemos de sobra los beneficios para el bebé. También para la madre, que ve reducido su riesgo de padecer dolencias como la diabetes tipo 2, el cáncer de mama o el de ovario. Con todo, tal como explica la experta, es la madre la que debe sopesar pros y contras y obviar lo que diga su entorno. “Cierto que las personas que están alrededor de la madre tienen influencia, positiva o negativa, porque cada una cuenta su historia y, claro, no es un buen argumento, porque cada mujer, cada embarazo, parto e hijo o hija es diferente”, señala Maribel Castelló. Proyectar la visión que una determinada mujer ha tenido de la lactancia en otra no solo es contraproducente, sino que podemos generar una presión innecesaria sobre la futura madre.

Así que, de nuevo, volvemos al principio: lactancia materna, ¿sí o no? Depende de la madre, que debe escoger sin presiones ni miedos: elija lo que elija, la suya va a ser la decisión perfecta.