Cómo decir ‘no’ a un adolescente sin provocar una discusión

La adolescencia es una etapa complicada, no hay ninguna duda, y uno de los principales motivos de conflicto viene generada por la necesidad del adolescente de explorar su propia libertad, traspasando los límites impuestos. Los padres deben adaptarse al desarrollo de su hijo dándole alas para crecer, pero también deben seguir marcando límites y, a ser posible, sin que la convivencia en casa se vea perjudicada en el intento. Por eso es importante saber cómo decirle “no” a un adolescente sin discutir por ello. Mantener la calma, escuchar a la otra parte y buscar acuerdos es esencial para conseguirlo. Te lo contamos.

Decir “no” es necesario

Tengan la edad que tengan nuestros hijos, nunca resulta fácil decir que no a una petición suya. Por eso debemos recordarnos lo importante que es para su desarrollo y bienestar saber que hay un adulto poniendo límites. Eso sí, para que tu “no” resulta positivo es fundamental que no sea caprichoso o autoritario y, sobre todo, que sea expuesto con las mejores maneras posibles. 

No pierdas la calma

Un adolescente tiene una capacidad asombrosa de agotar la paciencia de sus padres como estos bajen la guardia. Pero no debes perder la perspectiva, así que recuerda que retarte es uno de los principales cometidos de tu hijo en esta etapa de su vida. Mantener la calma será bueno para tu ánimo y para que tu “no” sea exitoso, ya que si tu hijo no lo percibe como una amenaza o castigo será más difícil que se ponga a la defensiva y que todo termine en una discusión. 

Límites claros

Cuando tus hijos son más pequeños es más fácil que cumplan tus normas, pero los adolescentes parecen repelerlas de manera instintiva. Con todo, los límites en esta etapa son tan importantes, sino más, como en las anteriores. Eso sí, debes reducirlos para que sean pocos y muy claros, de tal forma que sean efectivos. 

No sirve el “porque lo digo yo”

Imponer nuestra voluntad a nuestros hijos utilizando la frase “porque lo digo yo” o cualquiera similar es un error a cualquier edad. Y usarla con un adolescente es dar el pistoletazo de salida a una discusión sin remedio. Si no quieres que haga algo, siempre habrá un motivo detrás que, sin duda, estará relacionado con su bienestar y seguridad, así que debes compartirlo con él. 

La negociación es una opción

No todas las decisiones relacionadas con tu hijo han de ser blanco o negro. Muchas veces exiten territorios intermedios que pueden satisfacer a ambas partes. Así que escucha sus razones y motivos acerca de la petición que ha hecho y muéstrate abierta a negociar opciones. Se sentirá escuchado y sabrá que tus negativas no son gratuitas, además de ayudar a fortalecer vuestra comunicación.

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