¿Qué es la mancha mongólica en el recién nacido?

Entre las afecciones de la piel típicas de los bebés, se encuentra la mancha mongólica del recién nacido. Se trata de la lesión dérmica más habitual y, por lo general, es de carácter benigno. Te contamos cómo es esta mancha, dónde aparece y cómo se trata. El bebé puede nacer con ella, aunque también es normal que aparezca en las primeras semanas de vida, por lo que no dejes de revisar la piel del recién nacido aprovechando los cambios de ropa o la hora del baño. 

¿Qué es la mancha mongólica?

Se trata de una mancha de nacimiento que tiene una mayor pigmentación que el resto de la piel. Es de color azulado y suele aparecer en la zona baja de la espalda, aunque en ocasiones también aparece a la altura de los hombros. Se llama así porque es una mancha habitual en los recién nacidos de raza negra y asiática, y Mongolia es un país en el que la mayoría de los bebés la presente al nacer. 

De hecho, mancha mongólica es la forma coloquial de referirse a la melanocitosis dérmica congénita, causada por una acumulación de melanocitos en las capas intermedias de la piel. Esto provoca que la piel tenga en esa zona un color azulado o grisáceo. Se trata de una mancha llamativa, similar al hematoma causado por un golpe y, aunque a veces mide poco más de 2 centímetros, hay bebés que presentan manchas de hasta 20 centímetros que cubren casi toda su espalda. 

¿Es peligrosa la mancha mongólica?

En principio, se trata de una mancha completamente benigna por la que no debemos preocuparnos. Pero, en algunos casos, es un síntoma visible de alguna enfermedad que necesita supervisión y tratamiento médico, por lo que si la percibes en tu bebé debes acudir al pediatra para que la valore correctamente. 

Cómo tratar la mancha mongólica

Como decimos, se trata por lo general de una alteración de la dermis benigna que no implica ningún riesgo para la salud del bebé. Por lo tanto, no requiere de un tratamiento específico más allá de que utilices productos de aseo y cremas hidratantes especiales para la sensible piel de un bebé. 

Lo esperable es que esta mancha sea cada vez más imperceptible con el paso del tiempo. De hecho, cuando el niño cumple 10 años, en la mayoría de los casos, la mancha ha desaparecido por completo de su piel. Solo en casos excepcionales permanece hasta la edad adulta.