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Aprender a andar será todo un proceso que conllevará tiempo y, sobre todo, la ayuda de los padres. Por eso, aprender a caminar marcará un momento muy importante en la vida del bebé y le permitirá ampliar sus horizontes y sentirse más libre e independiente. Eso sí, al principio les costará mucho mantener el equilibrio. Por eso, muchos padres creen que lo más recomendable será que haga uso de un andador. Pero, ¿es realmente útil o será un gasto totalmente innecesario?
Lo primero que hay que tener en cuenta es que cada niño tiene su ritmo. Será muy importante comprender bien a tu hijo y saber qué es lo que necesita en cada momento. Además, habrá que tener en cuenta que existen diversas variables que intervienen en ese proceso, como el temperamento, el miedo y la masa muscular. Con todo, habrá padres que busquen que sus hijos comiencen a andar cuanto antes y buscarán estimularlos para que lo logren.
Para que los niños logren un crecimiento a todos los niveles, lo más importante será desarrollar el movimiento voluntario. Esto se logrará mejorando la motricidad gruesa y la motricidad fina. La motricidad fina hace referencia con aquellos movimientos que están relacionados con una mayor destreza, dominio y precisión. Por su parte, la motricidad gruesa es la capacidad para mover los músculos del cuerpo con el equilibrio, coordinación, velocidad y fuerza.
La motricidad gruesa es la primera motricidad que desarrolla el bebé: el pequeño suele empezar controlando la cabeza y después, el torso. De esta manera, se desarrollará el equilibrio, la habilidad de permitirse darse la vuelta y cambiar de lado. Luego, el bebé fortalecerá la cintura lumbar y ajustará el ángulo de los fémures del tronco. Esto hará que se prepare para sentarse y que comience a gatear. Este será el paso previo a que comience a caminar.
Para que aprenda a caminar, el pequeño y los padres podrán utilizar distintas herramientas, como el arnés. Este se trata de un complemento que funciona para evitar caídas innecesarias y, también, para fortalecer su musculatura. Además, los padres se cansarán menos, ya que no tendrán que agacharse tanto. Eso sí, esta no será una herramienta que se deba usar durante todo el día.
Su finalidad, al fin y al cabo, es fortalecer el cuerpo del pequeño y que este pueda desplazarse caminando sin ningún tipo de ayuda. Además, se trata de una herramienta que se ha usado para el tratamiento terapéutico de los niños. Por eso, en aquellos niños que gozan de una excelente salud, será recomendable su uso moderado.
Por su parte, los andadores son dispositivos que están compuestos por estructuras rígidas circulares donde se introduce al bebé. El uso de andadores es muy común en todo el mundo y la mayoría de los padres lo consideran como un incentivo para el ejercicio, la movilidad y, además, mantiene al bebé seguro.
También, puede ayudar a que los pequeños exploren el mundo que tienen alrededor sin ningún problema. Sí que es cierto que, durante los últimos años, no se ha considerado el andador como algo necesario para que el pequeño aprenda a caminar. La negativa de los especialistas se debe a los riesgos para el pequeño, ya que se han producido distintos accidentes con el andador. Además, la mayor parte de las lesiones en bebés se deben a prácticas inseguras.
En el caso de que los padres se aventuren a hacerse con un andador, lo más recomendable será que sigan una serie de indicaciones. Lo mejor será que el bebé pueda sentarse por sí solo y que evite que el pequeño esté en el andador más de dos horas. Además, habrá que utilizar el dispositivo lejos de escalones y escaleras. Por eso, lo mejor será destinar un área segura para que el bebé pueda circular bien y de forma segura.
Por tanto, antes de comprar un andador, deberás saber que el bebé aprenderá a caminar por sí solo. Sí que es cierto que los padres podrán ofrecer ciertos elementos para que esto sea más fácil. Pero, aún así, no será totalmente necesario. Lo más recomendable será no forzar al pequeño y que se siente, gatee y camine por sí solo. Por eso, en el caso de que se quiera usar, habrá que hacerlo con cierta moderación.