La trombofilia es un trastorno en la coagulación de la sangre que puede provocar la aparición de distintos trombos: unos coágulos de sangre que se forman y que pueden llegar a obstruir los vasos sanguíneos. En la mayoría de ocasiones, la mujer no sabe que padece trombofilia hasta que no tiene algún problema de salud que indique que tiene alguna alteración en la coagulación sanguínea, como pueden ser los abortos por repetición.
La trombofilia será una de las causas principales de las pérdidas gestacionales repetidas. Por eso, será necesario realizar un estudio más específico para averiguar si la mujer sufre algún tipo de trombofilia y habrá que aplicar un tratamiento efectivo que permita que el embarazo llegue a término. Pero, ¿qué sucede en una trombofilia?
La trombofilia es una enfermedad que está ocasionada por la alteración en los mecanismos de coagulación de la sangre, lo que predispone a desarrollar distintos fenómenos trombóticos, como la formación de coágulos arteriales o venosos. Además, en la mayoría de casos, esta complicación no tiene ningún síntoma en la persona y su riesgo aumenta en las mujeres embarazadas debido a sus cambios fisiológicos de hipercoagulabilidad que tienen lugar durante esos meses de gestación.
Además, las mujeres embarazadas con trombofilia que no siguen ningún tratamiento, suelen tener un mayor riesgo de desarrollar coágulos que obstruyan los vasos sanguíneos y dificulten la llegada de oxígeno y otros nutrientes al feto. Dependiendo de cuál sea la causa de la trombofilia, nos podemos encontrar con distintos grupos.
Las trombofilias hereditarias se deben a mutaciones en los genes de los factores de coagulación o la falta de anticoagulantes fisiológicos que regulan la formación de trombina. También, puede ser que la mujer presente una trombofilia adquirida, que se asocian a la presencia de anticuerpos que están dirigidos contra un componente del propio organismo. Por tanto, se considerará una enfermedad autoinmune. La más común será el síndrome antifosfolípido, es decir, una trombofilia primaria. Se trata de una enfermedad autoinmunitaria sistémica que está caracterizadas por la tendencia a la hipercoagulabilidad e inflamación.
Para realizar un diagnóstico de la trombofilia habrá que hacer un análisis sanguíneo para comprobar los niveles de coagulación de la sangre. También, será necesario un estudio más específico de trombofilias que incluya un análisis genético y/o coagulativo. Además, es muy probable que, poco a poco, se vayan descubriendo distintos factores y polimorfismos genéticos que podrán alterar la coagulación sanguínea. Aunque eso sí, en general, un estudio de trombofilias no suele realizarse a no ser que haya alguna indicación para ello, como un episodio trombótico o abortos recurrentes.
Respecto al embarazo y las pérdidas gestacionales, los expertos consideran que se realizará un estudio de trombofilia cuando se hayan producido dos o más abortos espontáneos antes de la semana diez de embarazo o un parto prematuro de menos de 34 semanas de gestación. También, en el caso de que se haya producido una muerte fetal intrauterina, preeclampsia severa o temprana, así como un desprendimiento prematuro de la placenta. Además, las personas que padecen trombofilia no presentan ningún signo o síntoma, por lo que será muy complicado diagnosticarlo antes de que se produzca algún evento trombótico.
Cuando ya se ha diagnosticado la trombofilia será muy importante la colaboración entre el hematólogo y el ginecólogo. Por eso, lo más normal será que se receten anticoagulantes como la aspirina y la heparina, tanto antes como durante los meses de gestación. Así, la heparina tendrá efectos anticoagulantes y favorecerá la adecuada irrigación por la placenta, tendrá propiedades antiinflamatorias e interactuará con las moléculas de adhesión que participan en la implantación de los embriones. Además, la mujer deberá acudir a realizarse todas las ecografías que se le recomienden para evaluar el crecimiento del bebé.
Es muy posible que la trombofilia se diagnostique durante un proceso de reproducción asistida. Normalmente, las pruebas de trombofilia se realizarán después de varios fallos de Fecundación in vitro (FIV) y en el caso de que sean positivas, lo más normal será recomendar aspirina y heparina durante la estimulación ovárica controlada. Así, un alto porcentaje de mujeres consiguen quedarse embarazadas.