Rocío Osorno ya es mamá de su segundo hijo. El pequeño Luis ha llegado apenas un año después de Jacobo, el mayor. Ambos son fruto de su matrimonio con Coco Robatto. Pero este segundo parto ha sido muy distinto al primero. En esta ocasión, el nacimiento se ha producido en plena crisis sanitaria por el coronavirus. Un factor externo que ha obligado a que la influencer y diseñadora de moda abandone el hospital antes de lo esperado para que su cama esté disponible para otros pacientes.
Así lo ha contado ella misma en sus stories, vía por la que nos ha contado cómo ha sido la experiencia horas después de dar a luz y de presentar al recién nacido en redes sociales. “Pensaba que no iba a poder grabar durante varios días pero, sorprendentemente, estoy bastante bien”, ha confesado, explicando que el parto ha sido por cesárea y que el bebé ha pesado 4,130 kilos.
Ahora, después de ver que ambos están perfectos de salud, está la incertidumbre de cuándo tendrá que irse del Hospital Fátima de Sevilla en el que sigue ingresada. “Todavía no sabemos bien cuándo podremos volver a casa. Si todo va bien y no hay ningún contratiempo será en 48 horas. Normalmente la hospitalización suele implicar más tiempo, pero por la situación actual si ven que está todo perfecto te siguen haciendo el seguimiento desde casa”, ha explicado a su más de un millón de seguidores, que se han implicado por completo con Osorno a través de miles de mensajes de enhorabuena.
A la mañana siguiente de conocerle, Rocío ha sacado como conclusión que Luis es “superbueno”. Como prueba, varios vídeos del bebé dormido en los que nos ha mostrado una pequeña doblez en la oreja causada por la postura del pequeño dentro de su tripa.
Una vez ha llegado a la meta, Osorno también ha tenido tiempo para reflexionar sobre estos últimos nueve meses de tanta intensidad. “Aunque me queje muchísimo, tengo que reconocer que este embarazo se me ha pasado bastante rápido. Todavía no me puedo creer que en nada habrá un miembro más en la familia”, expresaba en alto apenas unas horas antes de producirse su encuentro madre hijo. Esto le hizo pensar en Jacobo, de un año, al que le da “penita” y “culpabilidad quitarle su puesto, por decirlo de algún modo” como único centro de atención de la casa.