Septiembre está marcado por la temida vuelta al cole. Muchos rostros conocidos han ido compartiendo cómo ha sido el primer día de escuela de sus hijos, tal y como puedes ver en el vídeo. Algunos han soltado alguna que otra lágrima, muchos han vuelto felices a ver a sus compañeros y otros han inventado algún que otro truco para hacer más llevadera la separación de sus padres tras los meses de verano.
Paola Roig, psicoterapeuta y experta en la maternidad feminista, ha querido hablar sobre el primer día de escuela en sus redes sociales. La experta lanzaba una pregunta: “¿Dejar llorar es parte de la adaptación?”. A lo que ella misma respondía que “no es normal”. Según ha explicado, durante años se ha comulgado con aquello de “deja que llore y vete sin mirar atrás, que es parte del proceso. Deja que llore, que en tres días se le pasa”. Una teoría ante la que la psicóloga ha dicho basta.
“Ya no trago más. Dejar a una criatura de 1, 2 o 3 años en un lugar que no conoce, con personas a las que no conoce de nada, el primer día que pone un pie en ese espacio, es violento”, ha escrito en su cuenta de Instagram. La psicóloga considera que la solución no pasa por “hacer ver que no pasa nada” y pide que se luche por adaptaciones dignas, por ratios aceptables y por un permiso laboral que permita acompañar a los niños al colegio. “Basta de violencia hacia las criaturas. Son niños, pero sienten”, terminaba diciendo.
Este post ha suscitado cantidad de comentarios con opiniones muy diversas. Una de ellas ha sido la de Sara Sálamo que, totalmente de acuerdo con la psicóloga, ha querido hacer pública su experiencia. “Mi hijo de dos años sigue sin ir a la escuela porque se dio esta situación y para mí era insostenible que pasara por algo así”, ha contado.
Paola Roig respondía a su mensaje y le agradecía la tarea de “nombrar y visibilizar” que hace a diario. Pero otras muchas madres no han estado de acuerdo con su historia. “Pues es una suerte porque la mayoría de la gente no puede permitírselo”, “Hay veces que para seguir trabajando necesitamos la escuela, nos guste o no”, “También tenemos que tener un poco de paciencia, todos llorar al entrar” o “Tu hijo de dos años llorará igualmente el curso que viene, o quizá más porque sea más consciente”, han sido algunas de las respuestas que ha recibido.
Consciente del revuelo y el aluvión de críticas que ha generado su afirmación, Sálamo ha desarrollado su punto de vista en otra historia de Instagram: "Esto jamás ha sido una crítica a las madres y padres que sufren esta situación. Es una crítica al sistema. A los periodos de adaptación cortos, rigurosos (cada niño y niña tiene sus tiempos) y, en algunos casos, inexistentes", puntualizaba antes de continuar con su discurso. "A un sistema para el que la conciliación sigue siendo una utopía y en el que tanto madres como bebés sufrimos las consecuencias", lamentaba.
Sálamo ha reiterado que el hecho de "que sean pequeños, no significa que sus lágrimas no valgan", afirmando que "CUESTIONAR" es la única solución que se propone ante cualquier asunto: "No todo lo establecido es lo bueno. No porque nuestra generación pasara por algo que nos hizo daño, tenemos que repetir el patrón con nuestros pequeños. Habrá que hacer y hacerse preguntas para mejorar las cosas", proponía a sus lectores.