La noticia de la temporada de fichajes ha sido el de Cristiano Ronaldo, que ha pasado a formar parte del Al Nassar FC hasta el año 2025 por la astronómica cifra de 200 millones de euros por temporada, según la revista Forbes.
Este contrato obliga a la familia Ronaldo-Rodríguez a trasladar su vivienda a Arabia Saudita, con todo lo que eso implica. Lo cierto es que Arabia Saudí no es precisamente un país amable para las mujeres, por no hablar de que sus estrictas leyes religiosas podría ser una traba para la relación de pareja ya que el futbolista y la modelo no están casados.
Posiblemente será Georgina quien resulte más afectada por este traslado de residencia que la obligará, entre otras muchas cosas, a cambiar en público su manera de vestir y a partir de ahora deberá ajustarse al Estatuto del Decoro Público.
Aunque en privado Georgina vestirá como le plazca y a pesar de que no estará obligada a pasear por la calle ataviada con la ‘abaya’ -una especia de túnica holgada que cubre desde el cuello hasta el tobillo- y a cubrir su pelo con un velo, en público si tendrá que vestir con modestia y decoro, es decir, nada de escotes, de ropa ajustada, de prendas cortas y, en definitiva, nada de enseñar exceso de piel.
Ropa deportiva negra, zapatillas chunky blancas, abrigo de pieles, gorro de lana, un buen puñado de joyas y su bolso birkin de Hermes. Así posaba Georgina en su jet privado antes de aterrizar en el que será su hogar durante los próximos 2 años, el mismo look que usó para acompañar a Cristiano Ronaldo en su calurosa bienvenida.
Aunque siguen estando muy limitados, lo cierto es que el príncipe Mohammed bin Salmán ha iniciado algunas reformas que amplían los derechos de las mujeres y en lo que se refiere al código de vestimenta, aunque las sauditas tienen la obligación de vestir con ‘abaya’, que ya no es imprescindible que sea negra, desde 2019 no es obligatorio para las extranjeras.
En cuanto a las extranjeras, la mayoría por una cuestión de respeto eligen para vestir en público túnicas que las tapan del cuello a los pies, pero se atreven con modelos coloridos que superponen a su ropa. Otras por el contrario no ceden y prefieren seguir vistiendo a la manera occidental con pantalones o faldas largas, camisas o tops con mangas que alcancen los codos y chaquetas, pero siempre en colores neutros como el blanco y el negro.