Penélope Cruz será una de las anfitrionas de la gala del MET de 2023 que este año cebra una exposición en honor a Karl Lagerfeld bajo el título ‘Karl Lagerfeld: A Line of Beauty’ (Karl Lagerfeld: una línea de belleza).
A pesar de la sorpresa inicial, no es de extrañar que haya sido Penélope -junto al tenista Roger Federer, la cantante Dua Lipa y la actriz Michaela Coel- quien copresida la gran gala de la moda que se celebra el próximo día 1 de mayo en el Museo Metropolitano de Nueva York dada su vinculación personal y profesional con el Kaiser de la moda.
Desde 1982 hasta su fallecimiento el nombre de Karl Lagerfeld estuvo ligado de manera indisoluble a la emblemática Chanel, la casa de moda francesa que revolucionó la estética femenina de principios del siglo XX y que el alemán supo resucitar y volver a convertir en objeto de deseo en los años ochenta del pasado siglo.
En abril de 1999 se estrenaba ‘Todo sobre mi madre’, la película que supuso no solo el lanzamiento en Hollywood de Pedro Almodóvar, también de Penélope Cruz que empezó su imparable carrera a nivel internacional.
En el mes de octubre, gracias a Karl Lagerfeld a quien ya había conocido unos años antes, se convertía en una de las invitadas de honor del desfile de la colección primavera/verano 2000 de Chanel en el que estuvo acompañada de otra de las musas de la firma: Inès de la Fressange.
La musa de Almodóvar tiene un largo anecdotario con la firma de la que hoy es embajadora y, según ha contado en alguna ocasión, su primera prenda de Chanel fue un diminuto bikini rosa que hoy guarda como un tesoro.
Por primera vez pudimos verla vestida de Chanel en la gala de los Goya de 2003 para la que eligió dos modelos de la firma: uno negro de inspiración años 20 y otro blanco de alta costura de la colección primavera/verano 2003. No era más que el principio, estos serían los primeros de muchos otros.
Unos años más tarde, en 2009, Penélope y Almodóvar apostaron por Chanel para dar vida al personaje de Lena en ‘Los abrazos rotos’, un vestuario para el que la firma envió diversos modelos de archivo del que usaron piezas que Karl Lagerfeld creó en su primera colección para Chanel.
La relación profesional entre Penélope Cruz y Karl Lagerfeld comenzó en 2018, cuando la actriz se convirtió en embajadora de Chanel, firma que ha paseado por cada alfombra roja, rueda de prensa y todo tipo de apariciones públicas. En aquel año fue fotografiada por el mismísimo Kaiser de la moda con prendas de la colección crucero 2018/2019 de Chanel.
Convertirse en embajadora de Chanel, fue la primera española en conseguirlo, supuso para ella cumplir un sueño, un nombramiento que, según ha confesado, la hizo sentir “la chica más afortunada del mundo. Siempre he estado totalmente obsesionada con Chanel, estudiándome todas las colecciones desde que era una niña, las de Gabrielle Chanel, Karl Lagerfeld después y ahora Virginie Viard”.
Por primera vez en 2019 pisaba la alfombra roja de los Goya como embajadora de firma. A partir de ese momento, lo que comenzó siendo una relación laboral trascendió a lo personal, como ha confesado la actriz en alguna entrevista.
La última colección de Chanel diseñada íntegramente por Karl Lagerfeld fue la de otoño/invierno 2019/2020 que se presentó en París en febrero de 2019. Penélope Cruz quiso estar allí pero no como mera asistente, sino que desfiló como una modelo más en el que fue un sentido homenaje al diseñador tristemente desaparecido.
El código de vestimenta de la gala del MET 2023 será “en honor a Karl”, un ‘dress code’ que admite diversas interpretaciones que pueden encontrar inspiración en el ‘uniforme’ que el diseñador adoptó durante sus últimos años (en blanco y negro, con cuello almidonado y gafas de sol) o en su prolífica carrera que comenzó como asistente de Pierre Balmain y continuó en Jean Patou, Chloé, Fendi, Chanel y en su propia firma, Karl Lagerfeld.
Penélope Cruz es una más que merecida coanfitriona, porque no solo fue una de sus musas sino que llegó a tener una relación personal con el diseñador de quien dijo que le recordaba a su también amigo Pedro Almodóvar porque, igual que el director manchego, “no tiene filtros”.