Se ha consolidado como una de las eternas reinas de la elegancia y lo cierto es que en el mundo de la moda pocas figuras han experimentado una transformación tan sorprendente y fascinante como ella.
Victoria Beckham es una de las mujeres más influyentes de nuestra era; desde su llegada al mundo de la fama como una de las ‘Spice Girl’ en la década de los 90’ hasta su consagración como diseñadora y empresaria de renombre internacional, su estilo ha atravesado una metamorfosis digna de ser explorada. Analizamos la evolución del estilo icónico de una de las mujeres más influyentes de nuestra era.
El viaje de Victoria Beckham en la industria de la moda arrancó en la década de los 90’, cuando se convirtió en miembro de la exitosa banda de pop británica de la época, las Spice Girls. Apodada como la ‘Posh Spice’ (la ‘Spice Pija’), la entonces artista destacó por un estilo súper audaz que seguía a rajatabla las tendencias de aquella época.
La moda estaba marcada por un enfoque en la extravagancia y la experimentación. Nos acostumbramos a verla con vestidos ceñidos que realzaban su figura, minivestidos llenos de lentejuelas, escotes pronunciados -ya fuera un escote en V, halter o strapless- y tacones de vértigo, parte integral de su estilo, ya fueran stilettos, botines con plataforma o botas de tacón alto… todo ello fueron sus armas para enfrentarse al mundo.
Victoria solía llevar el pelo recogido, con moños o coletas de caballo. Su maquillaje era pulido, con énfasis en los ojos ahumados y labios llamativos. El cuero también era una elección común en su guardarropa. Desde pantalones de cuero hasta chaquetas o minivestidos, el cuero le otorgaba un toque de rebeldía a su estilo sofisticado. Su imagen, imbuida de un lujo atrevido, la catapultó a la fama mundial.
Su matrimonio con el futbolista David Beckham en 1999 marcó una transición en el estilo de Victoria. Tras convertirse en una de las famosas "WAGs”, su guardarropa se volvió más sofisticado y elegante, alejándose de la extravagancia de la década anterior y apostando por conjuntos que evocasen una estética más madura, pulida, clásica y atemporal… Aunque no siempre fue así y sufrió algún que otro patinazo.
Abrazó la moda de la alta costura, con vestidos largos y fluidos y dijo adiós a los ajustados y cortos que solía usar en los comienzos de su época con Las Spice Girls.
Victoria desarrolló un amor por las marcas de alta costura y comenzó a lucir piezas de diseñadores de renombre. Su acceso a la moda de lujo influyó en su estilo y la consolidó como una figura respetada en la industria.
Tras dejar su carrera musical atrás para abrazar su verdadera pasión, la moda, en 2008 Victoria Beckham lanzó su propia marca y su estilo personal se volvió un reflejo de su propia línea.
Su estilo reflejaba un aura de la alta sociedad británica, y su imagen se tornó sinónimo de elegancia y glamour. Los trajes a medida y los cortes impecables también fueron sus grandes aliados. Apostó por conjuntos de dos piezas, que constaban de blazers y faldas o pantalones a juego, acentuando su figura y confiriéndole una apariencia pulida y sofisticada.
En cuanto a los accesorios, sus favoritos eran los minimalistas y elegantes, como bolsos de diseñador y joyas discretas. En contraste con el maquillaje más audaz de los años 90, su estilo de belleza se volvió más natural y sofisticado.
Minimalismo, colores neutros y líneas limpias se convirtieron en su firma. Su amor por las marcas de alta gama y su influencia en el mundo de la moda la consolidaron como un icono de estilo y una diseñadora respetada.
Durante la década de 2010, Victoria Beckham continuó definiendo su estilo a través de su marca homónima. Su enfoque en la simplicidad y la sofisticación no menguó, pero su estilo se volvió más versátil. Desde trajes sastre y vestidos ajustados hasta prendas cómodas y relajadas, su evolución reflejó la necesidad de adaptarse a las demandas cambiantes de la moda y la vida cotidiana.
En la actualidad, Victoria Beckham sigue siendo una fuerza influyente en la moda. Desde la pandemia su estilo se ha adaptado nuevamente a las circunstancias, priorizando la comodidad sin sacrificar la elegancia. Ha incorporado elementos relajados, como zapatillas deportivas y ropa de punto, en su guardarropa personal, demostrando una vez más su habilidad para mantenerse a la vanguardia de las tendencias.