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Aunque los ritmos de la moda sean frenéticos, hay tendencias que se repiten en las semanas de la moda y el Street Style hay un patrón que se repite de manera cada vez más frecuente: cuando se busca un resultado de impacto triunfan los estilismos monocromos de pies a cabeza, incluyendo los accesorios y el calzado. Esta tendencia anteriormente se reservaba a los tonos neutros, y a alguno puntual como el rojo, pero ahora abarca todos los colores del arcoíris tanto para el día como para la noche.
De hecho, el monocolor ha sido un recurso infalible en el mundo de la moda para lograr una apariencia estilizada y elegante. Pero, ¿realmente cómo se lleva? ¿Es apto para todas? Las expertas en la industria han aprendido a jugar con esta idea combinando texturas, patrones y materiales de todo tipo con los que es imposible aburrirse y gracias a los cuales la silueta se ve más afinada. Y es que vestir de un solo color crea una línea vertical ininterrumpida en la figura, lo que da la ilusión de una mayor altura y la estiliza. Un efecto óptico que puede hacer maravillas para crear una apariencia más esbelta si se sabe aplicar correctamente.
A continuación, te damos las claves para que te sumes a esta corriente y aprendas a mirar con otros ojos las prendas de tu vestidor para lograr nuevos resultados.
Vestir de un solo color elimina la necesidad de combinar diferentes tonalidades y estampados. Esto hace que elegir un conjunto sea mucho más sencillo y rápido. Además, no hay que preocuparse sobre si los colores combinan o no; simplemente hay que elegir un tono y apostar fuerte por él.
Para las más tímidas, conviene alternar diferentes variedades de la misma escala cromática, siempre que la diferencia no sea excesiva, y añadir algún contraste inesperado. Por el contrario, las más atrevidas pueden optar por colores llenos de personalidad como un fucsia, un naranja o un verde esmeralda, un accesorio de un tono menor al elegido rematará el estilismo y le dará un toque muy chic.
Aunque estemos hablando de un solo color, eso no significa que el conjunto tenga que ser aburrido. Juega con texturas y cortes para agregar interés visual y dimensión al estilismo. No existe un código sobre cómo llevar este tipo de tendencia, pero lo que sí que está claro es que cuanto más se jueguen con las formas y los volúmenes, más sofisticado es el resultado. Las expertas en moda añaden algún accesorio en una tonalidad fuerte con la que dar un toque más desenfadado a la prenda.
Una alternativa muy vista en el Street Style consiste en la mezcla de prints y tonos con alguna diferencia, pero siempre dentro del mismo abanico cromático. Un recurso perfecto para crear nuevas combinaciones con las prendas que tenemos en el armario.
El monocolor es una elección versátil que funciona en cualquier temporada. Desde tonos pastel, nudes y beiges en primavera hasta colores profundos en invierno, esta técnica puede adaptarse a cualquier clima y ocasión. De igual modo, una manera de reinventar un outfit sin dejar de seguir esta premisa consiste en optar por una prenda que incluya un pequeño detalle de otro color.
Si bien el monocolor implica vestir de un solo tono, esto no significa que no puedas usar complementos para agregar un toque extra de estilo. Bolsos, zapatos y joyas pueden ser el remate perfecto para complementar tu look.
En resumen, el monocolor además de ser un truco para lograr una apariencia más estilizada, es una opción muy fácil de implementar con la que además desprender buen gusto tanto de día como de noche.