Jennifer Lopez ha aterrizado en la semana de la moda de alta costura de París, en la que se presentan las propuestas para la primavera/verano 2024. La actriz y cantante de origen puertorriqueño ha acudido con un lookazo al desfile de Schiaparelli, la firma que dirige el diseñador Daniel Roseberry que parece haber conquistado a la del Bronx con sus estrafalarios diseños.
Jennifer Lopez ha sorprendido con un corte de pelo bob de acabado ‘wet’ y ha elegido para esta ocasión un estilismo bicolor compuesto por un abrigo blanco de gran volumen formado por pétalos, que ha combinado con medias y zapatos negros. El toque magistral han sido unas gafas doradas de la marca anfitriona, que han añadido a su look un aire de tintes surrealistas.
El pasado mes de octubre ya daba pistas sobre este nuevo idilio con Schiaparelli, con un vestido de inspiración camisera de color blanco con manga abullonada en los puños, bajo asimétrico y botones dorados de bisutería con las clásicas formas anatómicas que son marca de la casa. Un look que combinó con complementos en dorado.
Pocos días más tarde era una de las celebridades invitadas a la fiesta organizada por la firma de origen italiano en la Casa John Sowden. De su look, que ha sido desglosado y analizado al detalle, no solo hay que destacar su vestido de inspiración nupcial en color champán, también los accesorios que utilizó para levantar el su estilismo: unos pendientes y un broche con el característico ojo de la firma y unas gafas de sol que parecen haberse convertido en su complemento fetiche.
Aunque el look de Jennifer Lopez no necesitaba ningún elemento extra para brillar, las gafas de sol que ha elegido son el toque maestro para que destaque entre las numerosas caras conocidas que han acudido al desfile, entre otras muchas Zendaya o Hunter Schafer.
Las gafas doradas, a medio camino entre una joya y una escultura, se han convertido en una de las señas de identidad de esta firma que, lejos de apostar por la funcionalidad, ha retomado el camino del arte, los sueños, la irreverencia y la provocación que inició su fundadora, Elsa Schiaparelli, a principios del siglo pasado.
Es la segunda vez que Jennifer Lopez cae rendida ante este tipo de accesorios de tintes surrealistas. La primera ocasión fue con motivo de la apertura de la última tienda de Schiaparelli en Neiman Marcus en Los Ángeles, en la que optó por unas gafas doradas totalmente opacas, con unos enormes ojos grabados en el cristal.