La actuales tendencias en moda abogan por unos ritmos más pausados y armarios en los que haya menos prendas pero de una mayor calidad. Alternativas para contar con un guardarropa con el que hacer frente al paso de los años sin perder la elegancia y en el que los básicos tienen más importancia que nunca. En medio de este amplio abanico de opciones que ofrece la industria, las estilistas defienden últimamente lo que ellas llaman la ‘Regla del 333’, que además se está viralizando en redes sociales.
Técnicamente se trata de una estrategia minimalista que propone la idea de tener tres prendas base para cada parte del cuerpo. O lo que es lo mismo: parte superior, que estaría compuesta por camisetas, blusas o jerséis; parte inferior para pantalones o faldas; y la que haría referencia al calzado. De este modo se simplifica la elección diaria de la vestimenta ya que nos liberamos de aquello que realmente no aporta nada y nos enfocamos en construir un armario versátil y funcional.
Según el modo en el que se combinen las prendas, se pueden lucir incluso más de veinte looks con tan solo nueve piezas en total. No hay que olvidar que, al limitar las opciones, nos vemos obligados a ser más creativos con nuestra ropa y a descubrir nuevas formas de combinar nuestras piezas. Además, reduce el tiempo que pasamos frente al armario cada mañana, liberando espacio mental para otras decisiones importantes. Este truco resulta también especialmente útil en los viajes, cuando los ‘por si acasos’ invaden la maleta’.
En primer lugar, al ser más selectiva con tus compras y mantener un armario más pequeño, puedes ahorrar dinero al evitar compras impulsivas y centrarte en piezas de calidad. Por eso mismo, es mejor que te centres en básicos y de cada una de las partes, juegues con la proporción 2-1. O lo que es lo mismo, incluir dos prendas sencillas y otra de tendencia. De este modo los estilismos que crees no serán para nada aburridos y destilarán elegancia, siendo además de plena actualidad.
En la parte superior no falla incluir un jersey de punto, una camisa y un top lencero; mientras que en la inferior unos jeans rectos de cintura alta, una falda lápiz y unos pantalones de traje son un acierto seguro. En cuanto al calzado, en invierno, zapatillas, botines y unos stilettos destalonados mientras que en verano se sustituirán los botines por unas sandalias-joya. En cuanto a la gama de color, los neutros son los claros ganadores, pero también conviene incluir alguna tonalidad más potente con la que elevar los conjuntos más simples. Et voilà!
No hay duda de que la ‘Regla del 333’ no solo es una estrategia para simplificar la elección de la vestimenta, sino también una filosofía que abraza el concepto de que menos es más. En un mundo saturado de opciones, esta opción nos recuerda que la moda no se trata de tener un armario lleno de ropa, sino de tener una buena selección de piezas que realmente amamos y que se adaptan a nuestro estilo de vida.