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Uno de los looks más esperados del viaje de los reyes a los Países bajos era el que elegiría Letizia para la cena de gala que celebraban los reyes Guillermo y Máxima de Holanda en el Palacio Real de Ámsterdam.
La reina optó por un vestido largo de la firma española The 2nd Skin Co., la tiara rusa y unas sandalias de Martinelli por Redondo Brand con tacón de 12 centímetros y plataforma, aunque estuvo sentada durante toda la recepción.
La razón por la que la reina tuvo que permanecer sentada es una recaída en la dolencia crónica que lleva años sufriendo, el neuroma de Morton que le ha generado el uso de zapatos de tacón de punta estrecha, que se suma a la metatarsia que sufre y que provoca inflamación y dolor en la planta del pie.
Para el alivio de los síntomas se recomienda el uso de un calzado adecuado y limitar el uso de zapatos de tacón, una recomendación que Letizia lleva tiempo siguiendo y que ha abierto una nueva era en el vestidor de la reina porque, si bien continúa utilizando zapatos de tacón altísimos, ahora es más habitual verla con modelos mucho más cómodos, como los mocasines, las bailarinas o los ‘kitten heles’. Estos últimos se han convertido en sus favoritos para ocasiones especiales y son los que ha elegido hoy para visitar junto a Maxima las instituciones de la asociación LAB6.
Los zapatos que ha elegido la reina son unos ‘slingback’ de Magrit de color fucsia que ha usado en otras ocasiones y que recientemente le vimos en la entrega de las medallas de oro de las Bellas Artes en el Palacio de Congresos de Cádiz.
Los zapatos de tacón sensato se han convertido en el gran aliado de Letizia durante este viaje, que eligió un modelo de Carolina Herrera en color nude para combinar con su vestido de Moisés Nieto en la recepción de bienvenida organizada por los reyes de Países Bajos en la plaza Dam de Ámsterdam.
Antes de su partida, en el aeropuerto, ya daba pistas de cuál sería el zapato estrella de su estancia en los Países Bajos apostando por un look ‘working girl’ compuesto por un sastre de color negro de Hugo Boss y zapatos ‘kitten heels’ de Massimo Dutti.
A principios de este año la reina sorprendía estrenando uno de los zapatos de tendencia de la temporada, unas merceditas de la firma española Adeba con acabado de charol, con pulsera para ajustar al tobillo, pala muy escotada y tacón de 2,5 centímetros.
Tampoco se ha resistido a la tendencia de los mocasines y en marzo de este mismo año elegía para una audiencia a una delegación del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI) en el Palacio de La Zarzuela unos mocasines de suela dentada de Hugo Boss.
Pero hace ya tiempo que la reina intercala entre sus tacones de vértigo algún zapato cómodo, de hecho, en 2019 estrenaba unos Oxford de suela track acharolados que recuperó en 2022 para un viaje a Alemania.
Su gran debilidad aparece cuando llega el buen tiempo, cuando las alpargatas se convierten en la pieza esencial del armario de Letizia y no solo las de cuña, de las que es fan incondicional, también de los modelos planos y de firma ‘made in Spain’.