Cuando se saben combinar bien, las prendas masculinas pueden resultar de lo más femeninas y favorecedoras en el cuerpo de una mujer. La camisa masculina es una de esas piezas llenas de posibilidades a las que se puede sacar muchísimo partido, tanto llevándola sola como acompañada de otras y de los accesorios imprescindibles.
De esta prenda, que se caracteriza por tener un patrón recto y constar generalmente de cuello, puños y botones delanteros, existen versiones femeninas pero lo interesante es conocer las claves de como transformar una camisa de hombre, generalmente amplia y larga, en una prenda de mujer.
Existen varias opciones, la primera es tirar de aguja, hilo y tijeras y transformarla en una prenda nueva, una tarea para la que se necesitan algunos conocimientos, paciencia y mucha mano.
Las otras posibilidades solo requieren cierta habilidad para combinar la camisa con las prendas de tu armario o atarla sobre el cuerpo de manera que se convierta en una pieza diferente: un vestido, una falda o un top.
Para combinar una camisa de hombre con prendas de tu armario hay que buscar dos equilibrios: por un lado, el que debe haber entre masculino y femenino, y por otro, el de los volúmenes.
Si apuestas por llevar una camisa masculina, es importante encontrar el equilibrio en los volúmenes. Una opción es elegir una camisa oversize y combinarla con un short o una minifalda. Lo ideal es dejar unos botones sin abrochar para que se vea la prenda inferior, e incluso puedes elegir un crop top y no abrochártela.
Otra forma de controlar los volúmenes es combinar la camisa masculina con unos leggins. Súmale detalles como unas sandalias de tacón, que además aportan altura y ayudan a estilizar el conjunto.
Si optas por los leggins o por un pantalón pitillo y quieres llevar un top o camiseta ceñida al cuerpo, tienes otra manera de llevar la camisa masculina. Basta para conseguir el equilibrio con que te la ates a la cintura de manera que caiga a ambos lados de tus caderas y piernas como una falda.
Tirar de complementos es la opción más sencilla para feminizar una camisa masculina. Deja varios botones sin abrochar para presumir de gran escote (puedes usar ropa interior o una camiseta de tirantes debajo) y añade un pañuelo de seda o unas perlas al cuello, unos pendientes de grandes dimensiones o, si prefieres, un corsé encima. Debajo un vaquero o un pantalón negro serán suficiente.
Lo más sencillo es remangarte las mangas por encima de los codos, atar algunos botones y con los cabos que quedan sueltos, hacer un nudo que puede ir en la cintura, en mitad del torso o justo en el escote. Tan fácil como el anterior es colocarte la camisa y atarla a la cintura con un cinturón. Dos trucos simples y efectistas.
Pero existen otras posibilidades mucho más creativas
La primera es un vestido para el que debes colocarte la camisa dejando un par de botones del escote sin cerrar. Saca los brazos y tira de las mangas hacia adelante para ajustar la camisa al cuerpo y haz con ellas un lazo en la cintura
Para un segundo vestido solo tienes que girar la camisa hasta dejar los botones en dale la vuelta hasta dejar los botones en la espalda. A continuación, cruza las mangas por el delantero y hazte un nudo en la espalda a la altura de la cintura.
También puedes hacerte una falda, basta con ajustártela en la cintura y cerrar el resto de botones formando pliegues (un botón si y uno no). Ajústala bien a la cintura formando una lazada con las mangas. Puedes conseguir otra falda si colocas la camisa como un delantal y la ajustas a la cintura con las mangas.
También puedes conseguir un top colocando la camisa por debajo de los brazos y sujetando las mangas por detrás del cuello con un lazo. Para que se adapte al cuerpo, cíñela a la cintura con un cinturón.