El layering es una tendencia en moda que llevamos practicando desde antes de que tuviera este nombre. Porque en realidad, el layering es la superposición de prendas, algo que llevamos haciendo toda la vida para no pasar frío o para jugar con los cambios de temperatura en las épocas en las que es muy variable. Ahora bien, en los últimos tiempos esta técnica ha ido más allá de la mera acumulación de capas, y se ha convertido en una auténtica demostración de estilo y manejo de las tendencias.
Es decir, no vale todo. Para superponer prendas con acierto hay que tener en cuenta texturas, largos, colores y volúmenes. No se trata solo de sumar ropa, sino de conseguir que el acabado tenga una armonía de formas que tienda más al minimalismo que a la sobrecarga. Toma nota de estos estilismos con un layering de 10, en los que se encuentran las claves para vestir a capas como una profesional de la moda.
Apostar por un mismo color, aunque sea en diferentes tonalidades, es uno de los trucos de estilo que nos garantizan el éxito. La clave para lograr un look sobresaliente es que las prendas que combines tengan texturas diferentes.
Para conseguir un layering sin apenas esfuerzo, a veces basta con alterar el orden lógico en el que te vestirías habitualmente. Una camiseta de manga corta encima de un jersey sería un buen ejemplo, y llevado al extremo (y con acierto), poner un top interior de encaje sobre una camisa.
Si lo esperable es llevar el jersey por debajo del abrigo, la pasada temporada las expertas en moda ya nos advirtieron de que esto no tiene por qué ser siempre así. De hecho, la tendencia más pija del pasado, la de colocar el jersey sobre los hombros, se convirtió en una máxima de estilo, incluso por encima del abrigo.
No nos cansaremos de recordar la importancia que tienen los accesorios a la hora de transformar un look. Este podría funcionar a la perfección sin el cinturón, pero gracias a él se consigue un juego de volúmenes que dibuja la silueta y eleva el layering a una categoría superior.
Esta apuesta de layering es perfecta y de lo más fácil de replicar. Atiende a combinar prendas en una misma gama de tonos, dejando los neutros en la parte central; en el largo ve de menos a más, de manera que la prenda de mayor longitud sea la última; y, como trucazo, deja visible una en un color claro, como hace Blanca Miró con su t-shirt, para llenar de luz el conjunto.
Así de sencillo y con un resultado espectacular. La idea nos sirve también para vestidos con escote palabra de honor. Combinar estos o un corsé con una camisa de vestir no solo nos permite aprovecharlos durante más tiempo, sino que ayuda a crear un estilismo elegante y original a partes iguales.