Fue en 2020 cuando comenzó la relación entre Tamara Falcó e Íñigo Onieva. Poco sabíamos, por aquel entonces, la de enjundia que iba a tener para el papel cuché patrio la historia de amor entre la marquesa de Griñón y el empresario. Aunque se habían seguido los rumores sobre una supuesta falta de lealtad de Onieva, todo saltó por los aires en septiembre de 2022, apenas 24 horas después de que anunciasen públicamente su compromiso. Un vídeo de Íñigo besando a otra mujer en un festival de música puso patas arribas el romance con aquellas declaraciones de Tamara sobre el "nanosegundo en el metaverso", en relación a la duración de la infidelidad de su chico, que ya son historia de la cultura pop española.
La hija de Isabel Preysler confirmó, pocos días después, que daba por concluida su historia de amor con el hijo de Carolina Molas. "Para los cuernos soy muy cuadriculada", explicó en sus apariciones públicas aquellos días, un no parar de frases emblemáticas y una fábrica de memes. Pero llegó el silencio. Durante meses, poco o nada se supo de si ambos mantenían algún tipo de vínculo o trato. Hasta las Navidades, donde, en sus palabras, tuvo lugar "el milagro" de la reconciliación. Retomaron su relación y sus planes nupciales.
Falcó habló entonces de los motivos tras su decisión, apuntando a "lo generoso que puede ser el amor", y lo que uno puede estar "dispuesto a sufrir" cuando se quiere a alguien. Y ahora, después de haberse casado con el madrileño, ha abundado en cómo vivió ella ese perdón. En la entrevista concedida en exclusiva a la revista '¡Hola!' tras la boda, en la que Íñigo volvió a pedir perdón públicamente, además de confirmar las dudas que mantenía, poco antes del gran día, respecto a dar el paso definitivo, ha hablado como nunca de este tema.
Tamara asegura que todavía no se cree haber sido tan generosa como para perdonarlo. La aristócrata habla del perdón como un don y como algo que no se puede forzar, pese a revelar que se trata de algo complicado y que le ha costado. "No quiere decir que la herida te deje de hacer daño, no es el mismo daño que en el pasado pero, evidentemente, hay un daño ahí", se sincera en la revista, queriendo poner el foco también en las heridas de su pareja.
Con respecto a si siente plena confianza en él tras lo vivido hace meses, la protagonista de 'We Love Tamara' responde con cierta cautela: "Quiero pensar que sí, porque, si no, no me estaría casando con él". Reconoce, además, no ser celosa: "No, y espero no serlo en un futuro. Evidentemente sí, hay un pasado, pero bueno... pasado pisado", zanja la aristócrata, valorando positivamente que Íñigo haya dejado la noche. "Vio que ese camino no le llevaba a ningún lado", opina.