En los seis años que llevan juntos como pareja, Jordi Cruz y Rebecca Lima han mantenido un perfil bajo en lo mediático. El suyo no ha sido un hermetismo total: ha habido (escasos) posados en redes sociales, ha habido declaraciones puntuales respecto de su vida privada y alguna esporádica aparición conjunta. Pero la norma general ha sido la de mostrar una cierta discreción, especialmente en el caso del chef, más reservado que la diseñadora. La proximidad de su boda, que celebrarán el 24 de agosto, ha provocado que den un paso adelante en este sentido, abriéndose en profundidad sobre su relación sentimental.
Lo han hecho en una entrevista concedida a la revista ¡Hola! Se trata de la primera ocasión en la que Cruz y Lima hablan en conjunto con un medio de comunicación en estos seis años. La charla con la citada publicación ha servido para concretar los detalles del enlace, que se celebrará por lo religioso en el catalán Convent de Blanes, con un menú a cargo del chef Nandu Jubany, como Jordi, reconocido también con estrella Michelín. Aunque pretendían que se tratase de un acto íntimo, la lista de invitados ha ascendido hasta los ciento ochenta finalmente.
Uno de los asistentes más especiales es su primer hijo en común, Noah, nacido el pasado mes de agosto. De hecho, como ambos relatan a la revista, el niño tendrá un papel especial en la boda, ya que han hecho coincidir su enlace con el bautizo del pequeño, que tendrá lugar el día 21, cuando el benjamín de la familia cumpla su primer año de vida. Lima explica que no ha sido fácil organizarlo todo con la presencia de un bebé, pero coinciden en que Noah es "el motor de sus proyectos".
Más allá de la boda, que Jordi también espera con ilusión pese a que la idea de casarse siempre había sido cosa de Rebecca, ha habido palabras sobre su vida sentimental. Los dos han hablado de sus comienzos, algo sobre lo que se habían confesado anteriormente, de su primera cita, de la mudanza de la arquitecta brasileña a España hace ya tres años, de cómo la llegada del niño les ha cambiado la vida por completo y de si piensan o no seguir ampliando la familia. También se han sincerado, además, respecto a su vida como pareja.
Ambos han respondido respecto de su compatibilidad, sobre si son almas gemelas o, por el contrario, funcionan más bien como complemento el uno del otro por sus diferencias. El juez culinario considera que los dos son personas "cien por cien complementarias", que se respetan al máximo e intentan sacar mutualmente lo mejor de su pareja. La diseñadora ha ido algo más allá, confesando que ambos tienen "mucho carácter" y que sus respectivas relaciones laborales les exigen mucho, destacando su compatibilidad y apuntando que, de no ser así, "sería muy difícil mantener una relación estable y construir una familia juntos", en sus propias palabras.