En el año 2018, la intimidad de Miguel Bosé saltó por los aires. Nacho Palau, que era una persona totalmente desconocida en aquel momento, publicó un comunicado en el que confirmaba que había mantenido 26 años de relación estable con el cantante. En aquel momento, además de hacerse pública la vida sentimental del artista, también comenzó una batalla judicial entre ambos por los intereses de los cuatro menores que habían tenido en común durante su convivencia.
Hace once años, cuando aún mantenía una feliz relación, ambos decidieron recurrir a la gestación subrogada para formar una familia. Primero nacieron Diego y Tadeo, hijos biológicos de Miguel Bosé; y siete meses después nacieron Ivo y Telmo, hijos biológicos de Nacho Palau. A raíz del fin de su relación, el cantante se mudó a México con sus dos hijos biológicos y el que había sido su pareja durante 26 años se quedó en Madrid y luchó en los tribunales por la filiación de derecho, es decir, que se reconozca legalmente que los cuatro menores son hermanos y puedan vivir juntos con una custodia compartida entre los padres.
El artista habló de su vida privada en una entrevista con Jordi Évole, asegurando que lo que tenía con Palau era "una especie acuerdo de convivencia de dos personas que tuvieron una relación y deciden seguir adelante para que los hijos de ambas partes puedan continuar creciendo juntos". Pero nunca llegaron a un acuerdo. Ahora, años después de que su relación sentimental saltase por los aires, Nacho Palau ha concedido una entrevista a la revista Diez Minutos en la que habla de su proceso judicial y de cómo fue el fin de su relación con el artista.
A pesar de que todavía no ha conseguido el reconocimiento legal que quiere para que sus hijos puedan vivir siempre juntos, los cuatro menores han pasado las navidades muy unidos. Según ha contado en el medio citado anteriormente, Ivo y Telmo han viajado a México para pasar las navidades con sus hermanos y con Miguel y el 1 de enero viajaron a Chelva con él hasta el día 10. "Telematicamente están conectados todo el tiempo. Lo duro es la separación física. Se ven en videollamadas y juegan los fines de semana", ha explicado.
El artista está dispuesto a dejar de ver a sus hijos durante unas largas temporadas si con eso consigue que vivan juntos, algo que no consiguieron acordar antes de llevar su caso a los tribunales: "Miguel no ayuda con nada, tampoco económicamente".
Si de algo se ha hablado en varias ocasiones en la "obsesión" que Miguel Bosé llegó a tener con la seguridad de sus hijos, algo que ahora Nacho Palau confirma y que supuso un punto y a parte en su relación sentimental: "Al principio no me importaba, pero luego esa obsesión fue haciéndose más grande (...) Se le agrió el carácter con el nacimiento de los niños".
En el año 2016, cuando su relación de pareja se iba a romper, el cantante y el artista firmaron un acuerdo privado. En ese convenio se decía que ambos querían que los cuatro menores siguieran viviendo juntos y también detallaba los beneficios que en aquel momento tenía Nacho: "Yo recibía tres mil dólares además de una nómina que ya tenía, un coche a mi disposición y un apartamento a 50 metros del de Miguel".
El final de su relación se produjo por "el comportamiento, el carácter y la forma de ser" que cambió en Miguel Bosé. "Cuando es bueno es muy bueno, y cuando es malo es el peor", asegura Palau, que considera que el artista tenía "un carácter agrio, amargo y cada vez estaba más amargado". "Nuestra historia comenzó como un cuento precioso y terminó como una historia de terror".